Más de 140 especies de aves tienen como hábitat el Parque Nacional Cerro Azul Meámbar (Panacam), por lo que son objeto de estudio para científicos de todas partes del mundo.
Explican que los pájaros, entre locales y migratorios, prefieren esa zona de reserva por su abundante flora. Visitantes nacionales y extranjeras observan diferentes especies a todas horas del día.
Los amantes de los colibríes tienen como visita obligada el parque, donde se encuentran al menos 17 especies de las 44 que hay en Honduras. Se encuentran otras especies de animales salvajes como tigrillos, ocolotes, pumas y cusucos.
Erick Saenz, administrador de Panacam Lodge, informó que le dan mantenimiento y modificaciones constantes a las instalaciones para que los visitantes encuentren atractivos nuevos cada vez que visiten el parque. “Estamos por iniciar la construcción de varias torres para la observación de aves y la estación científica es remodelada para una mejor estadía de los científicos que estudian la flora o fauna”, explicó Saenz.
Las caminatas por los senderos son de los mayores atractivos donde los turistas tienen un contacto directo con la naturaleza.
Las impresionantes caídas de aguas cristalinas son admiradas por los turistas. Arriba de los 1,120 metros sobre el nivel del mar, están los bosques nublados.
La turista Tatiana Fernández dijo que visitar el lugar es una experiencia única “donde se puede comprobar lo bello que es Honduras”. En los senderos hay instaladas diez cámaras con el objetivo de hacer un censo y saber cuántas especies hay en el parque.
Con una extensión de 32 mil hectáreas, el parque es manejado por el proyecto Aldea Global, las municipalidades de Santa Cruz de Yojoa, Siguatepeque, Meámbar y Taulabé y el Instituto de Conservación Forestal (ICF).
Con el convenio de protección se involucran unas 63 comunidades que se encuentran en la zona de amortiguamiento del parque.
Los registros muestran que quienes más llegan a ese paradisiaco lugar son los habitantes de la zona central y norte del país; pero también turistas extranjeros procedentes de Estados Unidos, Canadá y Europa.
Los salvadoreños y guatemaltecos también aprovechan sus vacaciones para conocer la biodiversidad del Panacam.
