Las universidades de la región centroamericana en los últimos años han logrado un avance en la investigación y los procesos de evaluación de la calidad educativa; sin embargo, hay muchos desafios que afrontar.
Sobre ese y otros aspectos, Francisco Alarcón Alba, quien desde hace 25 años se desempeña como secretario adjunto del Consejo Superior Universitario Centroamericano, habló con LA PRENSA. Alarcón participa en la 43 Asamblea de Universidades de Centro América y el Caribe, que se desarrolla en el centro regional de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Han ido mejorando, años anteriores solo hablar de evaluar la calidad de las universidades era mala palabra, se consideraba algo negativo; pero hoy en día eso ha cambiado, ahora es parte de la cultura institucional de las universidades de la región, y el hecho de que se esté midiendo la calidad está obligando a las instituciones a avanzar en planes de mejoramiento; sin embargo, aún hace falta mucho. La universidad no puede darse por satisfecha.
Seguimos teniendo un gran déficit, eso varía de un país a otro, pero los países del sur del istmo centroamericano como Panamá y Costa Rica tienen tasas de cobertura bruta mucho más altas, no así las de la zona norte de Centroamérica, donde las estadísticas son más bajas.
El acceso a la educación sigue siendo uno de los desafíos, lo que hace que seamos países menos competitivos, también estamos rezagados en la investigación científica, son pocas las universidades que investigan, la gran mayoría son universidades orientadas a la docencia y la formación.
Los mercados laborales están cambiando constantemente y uno de los problemas que hemos discutido es que nuestras universidades deben mejorar su capacidad de leer el entorno, para entender y adelantarse a los escenarios de lo que está ocurriendo en los mercados. Nos hacen falta espacios de diálogo entre la academia y el mercado laboral para discutir sobre el tipo de profesional que el país necesita en los sectores.
Esa transformación será más rápida y próxima en los países industrializados, donde más de la mitad de sus puestos de trabajo son vulnerables ante la automatización, probablemente en nuestros países nos va a llegar un poco más tarde, eso nos está haciendo una disrupción en el mercado laboral, si no va a eliminar el trabajo humano, va a transformar las profesiones, por ello tenemos que revisar la oferta educativa.
Si es privada, cierra y sale del mercado; si se trata de instituciones del Estado, eso sería inaceptable, es decir, que el Gobierno está invirtiendo recursos públicos en instituciones que no satisfacen lo mínimo de calidad.
Es uno de los problemas que tenemos en la región, el sistema de educación está muy segmentado. No hay un diálogo, es una tarea pendiente que se debe mejorar.