San Pedro Sula, Honduras.
Un grupo de 70 jóvenes coronaron ayer su esfuerzo y se convirtieron en panaderos, cultoras de belleza, barberos y electricistas.
Son muchachos que residen en zonas consideradas vulnerables como las colonias San José Cinco, La Unión, Planeta, Bordo Esquipulas, Villa Ernestina, Reparto Lempira y Brisas del Bosque.
Ellos lograron su sueño gracias a la labor invaluable de los miembros de la Fundación Unidos por la Vida que preside monseñor Rómulo Emiliani.
En una sencilla ceremonia, los jóvenes recibieron su certificado y los presentes fueron testigos del logro, pero también del esfuerzo que realiza la Fundación, que a pesar de las múltiples carencias trabaja sin descanso.
El proyecto nació en Chamelecón, los jóvenes nos decían que querían trabajar pero no sabían hacer nada. Esas voces impulsaron a monseñor Emiliani a promover la formación técnica para que las personas tuvieran oportunidad de trabajar y estudiar, dijo el director de Unidos por la Vida, René Corea.
“De esta forma hemos ido a los barrios más vulnerables creyendo que el futuro de este país está en los jóvenes y en esta ocasión tenemos jóvenes de San José Cinco, La Unión, Villa Ernestina, Reparto Lempira y Brisas del Bosque. No tenemos fondos y somos taller popular del Infop, pero aún no nos han podido apoyar con los instructores. Nosotros necesitamos unos 175 mil lempiras mensuales para operar y le ofrecemos al país graduarles 700 jóvenes al año en carreras técnicas”, dijo.
Monseñor Emiliani dice que toda esta población que llega a prepararse a la fundación no aparece en los listados oficiales porque son jóvenes que no han logrado culminar sus estudios. “Les damos una herramienta en carreras técnicas para que puedan sobrevivir en una sociedad cada vez más complicada económicamente”, dijo Emiliani.
Un grupo de 70 jóvenes coronaron ayer su esfuerzo y se convirtieron en panaderos, cultoras de belleza, barberos y electricistas.
Son muchachos que residen en zonas consideradas vulnerables como las colonias San José Cinco, La Unión, Planeta, Bordo Esquipulas, Villa Ernestina, Reparto Lempira y Brisas del Bosque.
Ellos lograron su sueño gracias a la labor invaluable de los miembros de la Fundación Unidos por la Vida que preside monseñor Rómulo Emiliani.
En una sencilla ceremonia, los jóvenes recibieron su certificado y los presentes fueron testigos del logro, pero también del esfuerzo que realiza la Fundación, que a pesar de las múltiples carencias trabaja sin descanso.
El proyecto nació en Chamelecón, los jóvenes nos decían que querían trabajar pero no sabían hacer nada. Esas voces impulsaron a monseñor Emiliani a promover la formación técnica para que las personas tuvieran oportunidad de trabajar y estudiar, dijo el director de Unidos por la Vida, René Corea.
“De esta forma hemos ido a los barrios más vulnerables creyendo que el futuro de este país está en los jóvenes y en esta ocasión tenemos jóvenes de San José Cinco, La Unión, Villa Ernestina, Reparto Lempira y Brisas del Bosque. No tenemos fondos y somos taller popular del Infop, pero aún no nos han podido apoyar con los instructores. Nosotros necesitamos unos 175 mil lempiras mensuales para operar y le ofrecemos al país graduarles 700 jóvenes al año en carreras técnicas”, dijo.
Monseñor Emiliani dice que toda esta población que llega a prepararse a la fundación no aparece en los listados oficiales porque son jóvenes que no han logrado culminar sus estudios. “Les damos una herramienta en carreras técnicas para que puedan sobrevivir en una sociedad cada vez más complicada económicamente”, dijo Emiliani.
