San Pedro Sula, Honduras.
Con el rosario en sus manos y rezando con fe los católicos se dieron cita en el estadio Francisco Morazán para pedir por la paz en San Pedro Sula, Honduras y el mundo.
Los misterios luminosos son parte de la oración católica derosario y fueron añadidos por iniciativa del papa Juan Pablo II en 2002. Esta adición constituye el único cambio sustancial del rosario en muchos siglos.
Las miembros de la Casa de Oración, por tercer año consecutivo, realizaron el Rosario por la Paz, que es considerada el arma más poderosa que tienen los católicos para hacerle frente a la violencia.
Martha de Larach dice que estamos viviendo una cultura de muerte en el país y que los católicos pueden hacer mucho rezando el rosario. “No podemos ayudar a las autoridades de otra forma y por medio de la oración podemos hacer mucho; además alimentar la fe del pueblo que tanto necesita”, dijo.
La dama refirió que este es el tercer año en que se realiza la actividad. El primer año lo hicieron únicamente los de la Casa de Oración, pero las personas se dieron cuenta y comenzaron a preguntar y por ello quedó institutido que cada primer sábado de octubre se celebrará.
“Estamos muy contentas porque año con año podemos ver la respuesta positiva de la gente hacia el evento, lo que nos indica que la sociedad necesita de Dios y de más eventos de esta índole”, manifestó Larach.
Al evento asistieron feligreses de diferentes parroquias. Todos portaban su rosario, cantaban y rezaban con fervor y fe que contagiaba. Octubre es el mes del rosario, explicaron los organizadores que se mostraban satisfechos ante la asistencia de los católicos.
El movimiento Casa de Oración fue fundada por la hermana Micaela de Loia en la ciudad de San Pedro Sula.
Fue directora del San Vicente de Paúl y su legado se ha extendido mediante más de 1,000 mujeres.
Carlos DaSilva, vicario parroquial de la San Vicente de Paúl, indicó que la virgen pide que se reze por la paz y con el acto se está respondiendo a ese llamado. “Ha venido un gran número de personas para pedir por la paz, porque la violencia está generalizada”.
El sacerdote pidió a los sampedranos y hondureños, en general, no perder la esperanza y que luchen por la paz porque Dios ha venido para que todos tengan vida en dignidad y plenitud. “Con fe, esperanza y temor a Dios podemos cambiar la situación y recuperar esa ansiada la paz”, concluyó.
