27/04/2024
11:14 PM

'Un feto no es un tumor del cual la madre se deshace”: Garachana

El obispo de la Diócesis de San Pedro Sula se pronunció ante la idea de despenalizar el aborto en Honduras.

    San Pedro Sula, Honduras.

    El aborto es un tema sensible y que divide opiniones. Ante la reciente polémica que ha causado la posible despenalización de este delito en nuestro país, monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula y titular de la Conferencia Episcopal de Honduras, dijo que la Iglesia católica está y seguirá estando a favor de la vida y en contra de todo lo que violente este derecho. El líder eclesiástico considera que esto llevaría no a menos, sino a más abortos de los que actualmente se cometen y que se cree son tres mil al año.

    ¿Cuál es la postura de la Iglesia católica ante el delito del aborto y su posible despenalización en el país?

    Científica y teológicamente, la vida humana comienza desde el momento de su concepción y por tanto la vida humana es sagrada y hay que respetarla por encima de todo. Por ello, la Iglesia defiende la vida desde su concepción hasta su muerte natural. El feto no es un tumor del cual la madre se puede deshacer solo porque sí. La Iglesia ha estado y seguirá estado a favor de la vida y por razones antropológicas y no solo de fe, por el valor que tiene el ser humano desde su creación.

    ¿Por qué la Iglesia califica el aborto un “crimen horrendo” habiendo otros igual o más graves?

    Porque consiste en quitar la vida a una criatura inocente que no ha cometido ningún delito. Además, se agrava el crimen por ser la víctima una criatura que tendría derecho al amor de sus padres y que no alcanzará a disfrutar de ninguno de los bienes de la vida, principalmente del bautismo y las gracias del cristianismo. Finalmente, este crimen se comete contra alguien absolutamente incapaz de defenderse y muchas veces no es eficazmente sancionado por la justicia humana, razón por la cual se debe temer aún más el juicio divino.

    ¿Es justificable ante los ojos de Dios en caso de que una madre tome esta decisión por una malformación en el feto o por una violación?

    Una malformación del feto depende de su gravedad. Conozco muchas historias, entre ellas la de un médico que le dijo a una madre que abortara porque su hijo nacería con mucho retraso mental. El caso es que el bebé nació y ciertamente su crecimiento fue con más retraso de lo normal, pero pasado el tiempo lo llevó donde el doctor y le dijo: “Qué niño tan precioso” y ella le respondió: “El que usted me mandó a matar, doctor”. Por eso aunque la vida sea con imperfecciones o discapacidad hay que cuidarla, amarla y respetarla. Si es en el caso de una violación, no arreglemos un mal con otro. La Madre Teresa de Calcuta decía: “No lo quieres, dámelo a mí, nosotros lo vamos a cuidar, pero no lo abortes”.

    ¿Y si es para salvar la vida de la madre?

    No es lícito matar directamente a uno para salvar al otro. Si la vida de la madre corre peligro, se debe hacer todo lo posible para salvarla, igualmente la vida de la criatura debe tratar de salvarse a toda costa. Si procurando salvar ambas vidas accidentalmente, sin quererlo, se produce la muerte de una o de ambas, no hay delito; pero siempre se ha de procurar salvar las dos vidas, que valen igualmente ante Dios.

    ¿Qué dice la Biblia referente al aborto?

    La Biblia nunca menciona específicamente el problema del aborto. Sin embargo, hay numerosas enseñanzas en la Escritura que hacen totalmente clara la visión de Dios sobre el aborto. Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El Salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25 prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto.

    ¿Qué llamado hacen a los diputados del Congreso Nacional?

    Si el Congreso lo aprobara, cada uno será responsable de su conducta. Un católico sabe que no puede aprobarlo, según la doctrina de la Iglesia, y esto nos llevaría no a menos, sino a muchos más abortos de los que se cometen actualmente, y una vez abierta la puerta no se podrá cerrar.