28/04/2024
03:39 PM

'Todos son sospechosos, pero el mexicano es clave”

La Esperanza, Intibucá, Honduras.

Yoami Velásquez, hermana de padre de Berta Cáceres, la lideresa indígena asesinada el 3 de marzo en su casa de la colonia El Líbano, se suma al clamor de justicia para que capturen a los homicidas; pero sin aferrarse a ninguna de las hipótesis que se manejan en torno al crimen.

Con el dolor todavía a flor de piel, asegura que el interés de ella y el de sus hermanos es que se castigue al o los asesinos de Berta.

“Para mí, el mexicano (Gustavo Castro) es clave para esclarecer el crimen de mi hermana. Hay muchas dudas que serán los entes judiciales y los de investigación quienes nos las van a aclarar. Para nosotros en este momento, como familia, todo el mundo es sospechoso”.

Su petición se eleva a las autoridades para que mientras no se esclarezca la muerte de su hermana, el sociólogo Gustavo Castro no salga del país.

Él se encontraba en la casa de Cáceres la madrugada que tuvo lugar el asesinato y se salvó de morir al hacerse el muerto tras recibir dos rozones de bala, detalló Castro.

“Me sentí casi impotente y le he pedido al presidente de la Corte Suprema que aunque él sea de origen mexicano, tiene que quedarse acá. No podemos permitir que salga del país mientras no se esclarezca todo”, expresó Velásquez.

No la pudieron ver

La hermana de la ambientalista asegura que su padre José Cáceres y hermanos no comparten que la muerte de Berta sea tomada como bandera de lucha de sectores políticos.

Incluso aclara que en ningún momento recibieron apoyo económico de ningún partido para los gastos fúnebres.

“Lo que indignó a mi padre fue que se dijera que nos financiaron los gastos fúnebres de mi hermana, y no fue así. Todos los hermanos y mi padre aportamos lo que pudimos. No somos personas adineradas, somos luchadoras y pusimos lo que pudimos porque se hiciera un velatorio digno, y nuestro mayor pesar es que la gente que acompañó a mi hermana no nos dejó ni siquiera verla.

Se apoderaron del cuerpo de mi hermana. Solo la vimos unos momentos y mi papá no pudo estar con ella.

Esos momentos no son para hacer política, son de dolor, de sentimiento” dijo Velásquez.

Los familiares de Berta aseguran que respetaron que la gente la acompañara, pero sin mezclar otros intereses.

“No nos oponíamos si eran de algún partido político, no importaba religión, sino el cariño que la gente tenía para mi hermana y nos molestó el aprovechamiento de algunas personas”, afirmó.

Yoami asegura que hace dos semanas fue la última vez que vio a Berta en los juzgados cuando acudió a una audiencia de un proceso que se ventilaba en su contra en el juzgado.

“Independientemente si es político, pasional o por pelear poder en el mismo grupo al que pertenecía, lo cierto es que como familia vamos a estar tranquilos hasta que se esclarezca y se castigue a los culpables. Que no quede impune. Tenemos una herida profunda”, afirmó.

Berta Cáceres fue enterrada el sábado 5 de marzo en La Esperanza, Intibucá.

Miles de personas le dieron el último adiós tras llevarla en una multitudinaria caravana al cementerio.