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08:27 AM

Salen en defensa del pastor Evelio Reyes

  • 27 mayo 2013 /

La Confraternidad se solidariza con el líder evangélico tras denuncia interpuesta en la Fiscalía por la comunidad lésbico-gay.

La Confraternidad Evangélica de Honduras se pronunció en desacuerdo con la investigación abierta por la Fiscalía Especial de Derechos Humanos contra el pastor de la iglesia Vida Abundante, Evelio Reyes, por el supuesto delito de discriminación alegado por la comunidad lésbico-gay del país.

De esta forma, la Iglesia Evangélica hondureña se solidarizó y salió en defensa del reverendo Reyes, quien recientemente fue denunciado ante el Ministerio Público por supuestamente haber proferido desde el púlpito comentarios “discriminatorios y denigrantes” contra los homosexuales y lesbianas.

A principios de mayo, la comunidad lésbico-gay hondureña también presentó una denuncia ante la Fiscalía de Derechos Humanos contra el aspirante presidencial del Partido Anticorrupción (PAC), Salvador Nasralla, quien en una entrevista se pronunció en contra del matrimonio gay.

Este grupo de diversidad sexual alega en su denuncia que Reyes predica en sus sermones que “los homosexuales no entrarán en el Reino de los Cielos”.

En una carta enviada a la fiscal especial de Derechos Humanos, Rosa Seaman, a la que LA PRENSA tuvo acceso, el presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, pastor Alberto Solórzano, defendió a su colega de ministerio y dijo que este actuó con el legítimo derecho que le otorga la Constitución de la República de predicar la palabra de Dios.

Lo asiste la ley

En su misiva a la fiscal de Derechos Humanos, Solórzano expuso una serie de observaciones legales y espirituales que asisten al pastor Evelio Reyes.

“Al respecto nos permitimos resaltar que los pastores evangélicos, en el ejercicio de nuestro ministerio, nos dedicamos a la predicación de la Palabra de Dios, contenida en las Sagradas Escrituras, movidos por el interés de presentar el plan de salvación de Dios para la humanidad con el objetivo de buscar la preservación de la sociedad”, señaló. Aclaró que en esa misión a los pastores de la Iglesia Evangélica no los mueve “prejuicio alguno ni mucho menos un espíritu de discriminación”, ya que por principio la palabra de Dios no discrimina a nadie y tampoco impide, limita ni anula el ejercicio de derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas. Solórzano enfatizó que al predicar desde el púlpito, además de cumplir el llamado, la Iglesia cristiana está ejerciendo un derecho amparado por la Constitución de la República en sus artículos 72 y 77, y el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.