18/04/2024
02:11 PM

Cubanos son asediados por 'coyotes” en Honduras

El pasado 11 de marzo llegaron a Trujillo 17 balseros en busca de una vida mejor.

Un licenciado en optometría y óptica tendría que gastar su sueldo de tres meses solo para comprar un chip de celular, una persona que no tiene familia en el extranjero que le envíe dinero no puede soñar con tener televisor y mucho menos un carro; comer no es una garantía de todos los días.

Esas son algunas de las limitaciones con las que se vive en Cuba, la bella isla bañada por el mar Caribe y consumida por su sistema socialista, y también son parte de las razones que impulsaron a 21 cubanos a emprender un viaje que no todos sobreviven para contar.

De estos 21 inmigrantes, 17 llegaron a Trujillo, Honduras, el pasado 11 de marzo con la incertidumbre de arribar a un país extraño, donde todo es nuevo para ellos y sorprendente.

Como ocurre siempre, estos inmigrantes ya fueron visitados por los “coyotes”, pues cuando en los medios de comunicación hondureños se da a conocer la Aquí en Honduras todo mundo anda un celular, en todas las casas hay televisor, los carros son modernos y la gente nos ha tratado como si fuéramos viejos amigos”, dijo uno de los viajeros llamado Miguel Ángel Núñez Morales, quien es de Santiago de Cuba, y es licenciado en optometría y óptica.

Atrás queda la familia, amigos, la patria y una vida entera cuando se abandona el país como inmigrante, pero para Miguel ya no había otra opción.

“Es una idea a la que vengo dándole vueltas desde hace muchos años. Trabajaba en un hospital como licenciado en optometría y óptica, pero mi salariosolo era de 15 dólares al mes (300 lempiras) y la situación me agobiaba, me sentía explotado.

Tengo mi esposa y mi hija, de 14 años, y al pensar en que ella cumplirá 15 años y yo no podría ni siquiera hacerle una fiesta, me di cuenta que tan pobre era muestra situación y me decidí, tenía que irme, quiero lo mejor para mi familia”.

Gilberto García, otro cubano, era pescador de Manzanillo, en Granma, Cuba y también decidió exponer la vida en el viaje por el mar caribeño.

“Estoy casado, dos hermanos maravillosos, un buen padre. Hice este viaje por la mala economía. Quiero ayudar a mi familia. Algún día volveré a mi país, pero quiero mejorar las cosas con mi trabajo”, dijo Gilberto con los ojos llenos de lágrimas y voz quebrada.

El viaje

Los 21 cubanos salieron la madrugada del 26 de enero pasado desde la costa de Manzanillo, Cuba, adonde por meses construyeron en secreto una embarcación a la cual le pusieron tres motores Lombardini y suficiente combustible para alcanzar un sueño.

Debido al mal clima tardaron tres días en salir de aguas cubanas, pero lograron llegar a Islas Caimán, adonde estuvieron por tres días a unos 20 metros de la playa, pues en este lugar tienen prohibido tocar tierra.

Mientras estuvieron flotando cerca de la playa de Islas Caimán, los turistas que llegan a este lugar les llevaron comida hasta la embarcación y uno, incluso, les regaló un aparato de Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) completamente nuevo, el cual nunca imaginaron que les salvaría la vida días después.

Ahí cuatro de los cubanos decidieron quedarse y ser devueltos a su país, pues no quisieron continuar con el viaje.

Los otros 17 siguieron el viaje y se dirigían a la isla hondureña Guanaja, para luego ir a La Ceiba, pero debido al mal clima tuvieron que buscar tierra antes de ser embestidos por una tormenta que se avecinaba en el mar.

“Jamás hubiéramos sabido adonde ir sin el GPS, pero gracias a él pudimos ubicarnos y dirigirnos a la Isla del Cisne. Llegamos el 8 de febrero”, relató uno de los cubanos, quien agregó que en la isla del Cisne seis miembros de la Fuerza Naval hondureña los ayudaron.

“Estuvimos ahí por un mes y un día y fue difícil, pero los integrantes de la Naval, incluso de la comida que ellos tienen como provisión para estar ahí, la racionaban para compartirla con nosotros. Nunca les podremos agradecer lo nobles que fueron”, expresó.

Luego de su estadía en la isla del Cisne, los cubanos fueron trasladados por la Fuerza Naval a Trujillo, adonde Migración tomó los datos de los cubanos.

Como las autoridades migratorias no tienen las adecuadas instalaciones, los cubanos se quedaron en el edificio de la Dirección General de Pesca y Acuicultura (Digepesca), que es parte de la Secretaría de Agricultura y Ganadería.

Algunos de ellos buscan ayuda legal para tratar de encontrar su “visa” a estadounidense, por lo que pidieron que cualquier persona que quiera brindarles apoyo se comunique al número de teléfono 9714-0777.

El lunes pasado los 17 inmigrantes cubanos se trasladaron a La Ceiba, adonde algunos de ellos aseguran que seguirán el viaje hasta llegar a los Estados Unidos, otros dicen que se quedarán en Honduras a trabajar.

Mientras casi todas las semanas se reporta el arribo de más cubanos, todos vienen con planes diferentes, pero en una cosa coinciden: a Cuba no quieren regresar.