28/04/2024
05:27 PM

Los productos no tradicionales revolucionaron el mercado hondureño

Los camarones cultivados, la tilapia, los melones, vegetales orientales, piña, toronja y los nuevos, como plátano y cacao, ya tienen buen mercado.

San Pedro Sula, Honduras.

La fuerza económica que desde hace unos 20 años están representando los productos no tradicionales ha sido el factor influyente para abrir mercados libres de arancel por medio de tratados de libre comercio con países como Estados Unidos y Canadá.

La Federación de Agroexportadores trabaja en estrategias para ampliar sus mercados y ofrecer otros productos a los consumidores.

Además, la federación quiere fortalecer los nuevos productos no tradicionales que se están exportando, como cacao y aceite de palma.

Medardo Galindo, presidente de la federación, dijo en entrevista a LA PRENSA que las divisas que los productos no tradicionales generan a Honduras superan los 600 millones de dólares.

¿Cuáles son los productos no tradicionales?

Son los que no se exportan tanto, como café, banano, carne y azúcar, los que tienen más demanda en el extranjero. Desde mediados de los 80 se comenzaron a desarrollar para exportación productos como camarón, melones y hortalizas, que revolucionaron el mercado local. Ahora, la lista se expande a sandía, tilapia, pepino, calabaza, ocra, mangos y aceite de palma.

¿Tienen planes de aprovechar el tratado de libre comercio con Canadá y Estados Unidos?

Sí; también estamos ingresando a otros mercados como Europa con el tratado de libre asociación. Desde hace más de 30 años estamos libres de arancel en estos países, pero estos nuevos tratados ratifican los beneficios.

¿Cuál es el principal mercado?

Estados Unidos, por la cercanía. En cuatro días, los consumidores ya pueden tener sus productos, pero en Europa el desarrollo de la exportación ha sido más lento, aunque con las nuevas tecnologías de conservación de los alimentos, que alargan su vida hasta cuatro semanas, es más fácil.

¿Cuáles son los más exportados?

Camarones cultivados, tilapia, melones, vegetales orientales, piña, toronja y los nuevos, como plátano y cacao, que ya tienen buen mercado.

¿Qué incidencia tienen estos productos en San Pedro Sula?

Algunos comenzaron a desarrollar el mercado local; por ejemplo la tilapia, que aquí en la Federación de Agroexportadores de Honduras empezaron a promover para tener un tipo de alimento que era solo del mar y ahora se podía tener aquí para mejorar la alimentación de los ciudadanos por el fósforo que aporta.

¿Cuántas divisas dejan los productos no tradicionales al país?

Todo el grupo de no tradicionales genera alrededor de 600 millones de dólares en divisas; en ventas brutas podría ser el doble.

¿Hay productores en San Pedro Sula?

En realidad no. Lo que hay en la ciudad son cuatro plantas procesadoras, como Industrias Sula y alimentos Yummies, de Corporación Dinant, que compran la materia prima y la procesan.

¿Cuáles de estos productos se quedan en el mercado local?

La mecánica es diferente con lo que es para exportación; por ejemplo, el pepino se produce para exportar, pero si tiene una cicatriz o no alcanza el tamaño adecuado, se vende al mercado local y es de excelente calidad porque fue producido con técnicas de exportación.

¿Qué se ha hecho para mejorar los estándares de calidad?

Se han implementado nuevas tecnologías como semillas más resistentes, técnicas de poscosecha y algunas otras cosas amigables con el medio ambiente; esta es una industria bastante dinámica.

¿Qué aspectos deben mejorarse en el rubro?

Más que todo, los problemas de competitividad. Guatemala, Costa Rica y Panamá son la competencia más directa que tenemos; por eso debemos producir con buena calidad con menor costo, dar fletes más económicos y disminuir el precio de los fertilizantes y los impuestos.

El Gobierno podría darnos este apoyo siendo un facilitador.

¿Falta apoyo del Gobierno?

Es cuestión de focalizar los esfuerzos que ellos hacen en lo que realmente se necesita.
Muchas veces crean puestos, pero no se dan cuenta de si eso puede afectar a un sector que también genera economía al país.

¿Qué trabajo realizan con oficinas gubernamentales?

Con Senasa trabajamos muy cerca hace más de dos años porque habíamos tenido problemas de inocuidad y otras situaciones fitosanitarias. Nos ayudan a procurar que el producto sea de buena calidad y no sea afectado con alguna de estas cosas; esa sí es responsabilidad del Gobierno.

¿Cuál es el objetivo primordial de ese trabajo?

Estamos comprometidos a cuidar que los contenedores vayan libres de toda afección porque la fumigación de cada contenedor en las aduanas cuesta unos 600 dólares a los productores.

¿Han tenido pérdidas por esa situación?

Sí, pero no es que sea rechazado el producto. Si eso pasa regularmente, el país entraría en una lista de desconfianza donde todo contenedor sería revisado minuciosamente y se pueden perder hasta tres millones de dólares por cada cinco mil contenedores inspeccionados.