San Pedro Sula, Honduras.
Alejandra Jaqueline y Alejandra, las siamesas sampedranas, ya llegaron a los 23 días de vida y todavía no reciben una respuesta a la petición de ayuda para ser separadas.
A pesar de los esfuerzos que ha hecho el doctor Samuel Santos, neonatólogo del hospital Mario Rivas, para enviar el expediente de las niñas al extranjero y conseguir un hospital que quiera ayudar a las siamesas, todavía no hay ningún interesado.
“Seguimos esperando por ayuda. Las niñas continúan internadas y están bien de salud”, dijo Santos.
Con lágrimas, Nery Perdomo, padre de las pequeñas, aseguró que se siente impotente y no sabe qué hacer. “Me asombra la indiferencia de las autoridades de Salud del país. No se preocuparon por mis hijas y me siento desesperado. Estoy gastando casi L300.00 y ya usé los ahorritos que tenía. Le pido al Gobierno que se ponga la mano en la conciencia y ayuden a mis hijas”, pidió el padre.
Perdomo agregó que en el trabajo le dieron permiso hasta que resuelva su situación y le pagaron la quincena pasada; pero tiene miedo de perder su empleo si tarda más tiempo.
Alejandra Jaqueline y Alejandra, las siamesas sampedranas, ya llegaron a los 23 días de vida y todavía no reciben una respuesta a la petición de ayuda para ser separadas.
A pesar de los esfuerzos que ha hecho el doctor Samuel Santos, neonatólogo del hospital Mario Rivas, para enviar el expediente de las niñas al extranjero y conseguir un hospital que quiera ayudar a las siamesas, todavía no hay ningún interesado.
“Seguimos esperando por ayuda. Las niñas continúan internadas y están bien de salud”, dijo Santos.
Con lágrimas, Nery Perdomo, padre de las pequeñas, aseguró que se siente impotente y no sabe qué hacer. “Me asombra la indiferencia de las autoridades de Salud del país. No se preocuparon por mis hijas y me siento desesperado. Estoy gastando casi L300.00 y ya usé los ahorritos que tenía. Le pido al Gobierno que se ponga la mano en la conciencia y ayuden a mis hijas”, pidió el padre.
Perdomo agregó que en el trabajo le dieron permiso hasta que resuelva su situación y le pagaron la quincena pasada; pero tiene miedo de perder su empleo si tarda más tiempo.