San Pedro Sula, Honduras.
La pobreza los persigue. Unos tienen padres y otros no. Mientras una buena parte de menores hondureños son agasajados por celebrarse hoy el Día del Niño, más de 3,000 infantes sampedranos reciben este miércoles como un día común y corriente.
La mayoría pasa en la misma rutina. Bulevares y medianas y otros sectores de gran afluencia son sus puntos favoritos para pedir limosna.
René Arita, director regional de la Dirección Nacional de Niñez y Familia (Dinaf), dijo que tienen identificadas 24 zonas donde se aglomeran los más de 3,000 menores.
En la ciudad solo hay dos centros de albergue para niños que se encuentran en alto riesgo: el hogar Nueva Esperanza y Casitas Adolescentes, ambos son manejados por Dinaf.
La falta de proyectos de recuperación o centros especializados para la atención de los niños impide el desarrollo de los operativos para sacar a los niños de las calles.
Karen de Calidonio, esposa del alcalde Armando Calidonio, manifestó toda la disposición para involucrarse en los proyectos que comience Dinaf para la reinserción de los infantes en la sociedad.
“De familia solo tengo una abuelita que como ya es viejita no puede trabajar para darnos de comer, mis hermanos y yo tenemos que salir porque tenemos que alimentarnos y conseguir un poco de dinero para también darle de comer a ella que nos cuida”, manifestó José Torres (9).
Al igual que José, miles de niños, ya sea por razones diferentes o similares, viven en las calles y aún no se ven planes concretos para ayudarlos.
La pobreza los persigue. Unos tienen padres y otros no. Mientras una buena parte de menores hondureños son agasajados por celebrarse hoy el Día del Niño, más de 3,000 infantes sampedranos reciben este miércoles como un día común y corriente.
La mayoría pasa en la misma rutina. Bulevares y medianas y otros sectores de gran afluencia son sus puntos favoritos para pedir limosna.
René Arita, director regional de la Dirección Nacional de Niñez y Familia (Dinaf), dijo que tienen identificadas 24 zonas donde se aglomeran los más de 3,000 menores.
En la ciudad solo hay dos centros de albergue para niños que se encuentran en alto riesgo: el hogar Nueva Esperanza y Casitas Adolescentes, ambos son manejados por Dinaf.
La falta de proyectos de recuperación o centros especializados para la atención de los niños impide el desarrollo de los operativos para sacar a los niños de las calles.
Karen de Calidonio, esposa del alcalde Armando Calidonio, manifestó toda la disposición para involucrarse en los proyectos que comience Dinaf para la reinserción de los infantes en la sociedad.
“De familia solo tengo una abuelita que como ya es viejita no puede trabajar para darnos de comer, mis hermanos y yo tenemos que salir porque tenemos que alimentarnos y conseguir un poco de dinero para también darle de comer a ella que nos cuida”, manifestó José Torres (9).
Al igual que José, miles de niños, ya sea por razones diferentes o similares, viven en las calles y aún no se ven planes concretos para ayudarlos.