San Pedro Sula, Honduras.
Luego de una evaluación de la Secretaría de Educación fue identificado como referente en inclusión educativa a nivel latinoamericano el jardín de niños San Juan Bosco de la colonia Colvisula.
En este centro educativo estudian pequeños con retos especiales junto a niños que tienen desarrolladas todas sus capacidades motoras.
El éxito se debe a la integración de maestros y padres de familia en la educación de los párvulos y según las autoridades a la adaptación de los materiales pedagógicos a las necesidades de niños que no ven, que padecen problemas cerebrales y autismo.
En febrero pasado, el ministro Marlon Escoto declaró 2014 como el año de la impulsión de inclusión escolar.
Sin embargo, el proyecto en el jardín de niños comenzó en 2013, al buscar un lugar con las condiciones pedagógicas necesarias para albergar a niños de 0 a 6 años de edad. Se encontraron las instalaciones, pero solo había un aula en funcionamiento, por lo que empezaron gestiones para conseguir otros dos salones.
Óscar Paz, director del distrito educativo número 22, fue unos de los fundadores y contó que tenían dos docentes capacitadas en Educación Especial y a sabiendas que el Estado estaba en deuda con las personas que poseen algunas discapacidad, se interesó con fundar el centro.
La coordinadora de Educación Especial de Cortés, Nancy Rodríguez, alabó la forma en que el jardín adapta los textos para que todos los niños los puedan comprender y aprender.
El último diagnóstico realizado por la Secretaría de Educación señala que el 37.94% del alumnado presenta problemas de aprendizaje, el 18.13% padece de problemas intelectuales, el l4.36% trastornos múltiples, el 0.28% autismo, el 0.19% parálisis cerebral infantil, el 13.46% trastornos motores, el 18.11% problemas visual y un 7.53% tiene trastornos auditivos.
Novedoso
Ofrecer a todos los niños más vulnerables o en riesgo de exclusión, marginación o fracaso escolar, minorías étnicas y educación de calidad son algunos de los objetivos de la inclusión escolar, modalidad que está incorporada en las políticas del plan de Educación para Todos (EFA). El término inclusión es relativamente nuevo, pues antes se utilizaba integración escolar.
“La diferencia es que en la integración los niños se acoplan al medio, y ahora el centro se está adaptando a ellos”, explicó Dilcia Caballero, educadora especial.
Los maestros adecuan los textos para facilitar la adaptación, se tratan aspectos de educación funcional y entrenamiento en técnicas para ciegos, como orientación y movilidad, lectoescritura en braille, estimulación visual, y trabajo con familias. Además se incentivan las habilidades para la vida diaria.
El proyecto ha cautivado el corazón de muchos. Dos jóvenes practicantes de la licenciatura en Educación Especial de la Universidad Nacional Pedagógica Francisco Morazán participan como educadoras voluntarias. “Se trabaja identificando las áreas vulnerables y se mejoran, se estimula la comunicación y destreza motriz”, dijo Lesly Rivera, practicante voluntaria.
El jardín San Juan Bosco es una institución pública, donde los padre no hacen pagos obligatorios, hay quienes los realizan por voluntad, ingresos que son exclusivamente para el mantenimiento del edificio.
Los familiares juegan un papel importante en el desenvolvimiento de los pequeños. Estimulan sus sentidos y sentimientos. Recientemente se inauguró el mural solidario en el que los padres manifiestan el porqué su hijo es especial.
Los que leen algunos de los versos derraman lágrimas por el sentimiento de los padres plasmado en los murales.
A pesar del exitoso programa, las carencias son muchas. Los promotores esperan contar con más apoyo de la Secretaría de Educación, y que con ello puedan hacer conciencia a la población y demostrar que no se debe dividir a los pequeños, ni discriminarlos, sino incluirlos.
