San Pedro Sula. “Desafortunadamente nos vemos obligados a pedir medicamentos; si no fuera por los padres, la mortalidad sería alta”. Esa aseveración de Samuel Santos, jefe de la sala de neonatos del hospital Mario Rivas, confirma la calamidad que sufre el centro asistencial.
El médico asegura que en 13 años que lleva trabajando en el sistema nacional de salud, este es el peor. “Tenemos carencia de todo, medicamentos y materiales. Sería bueno que el ministro explicara por qué se ha llegado a una situación tan lamentable. Es difícil y calamitoso para el trabajo de los médicos. Estamos muy limitados”, comentó.
Santos es uno de los médicos que se atreve a hablar de la crisis crónica que agobia al Rivas.
“No podemos negar las necesidades que vienen arrastrándose desde hace mucho tiempo. El hospital ha venido trabajando con un déficit de 40% desde hace unos 10 años”, lamentó el especialista.
Muertes por falta de antibiótico
Sobre las 26 muertes que se registraron entre el viernes, sábado y domingo, el director Juan Carlos Argueta afirmó que de tres a cuatro necesitaban un antibiótico que el hospital no tenía.
Añadió que de los 26 pacientes, 10 murieron por enfermedades infecciosas, tres por cardiacas y 13 por politraumatismo.
En el caso de los que fallecieron por enfermedades infecciones dijo que “el medicamento que se aplicó probablemente no era el ideal para los pacientes con sepsis, pero se les administró el que nosotros tenemos.
Los pacientes necesitaban quinolona, es un antibiótico que no tenemos y que son de un uso específico para infecciones severas.
Eran recién nacidos que venían en estado grave, nosotros los atendimos, pero no teníamos el medicamento que ocupaban y la familia no lo pudo comprar. Fueron unos tres o cuatro niños que venían graves”, lamentó el doctor.
Argueta explicó que cuando ocurren estas situaciones -de lunes a viernes- ellos tratan de comprar el fármaco. Sin embargo, durante el fin de semana no cuentan con personal administrativo para que se hagan estas gestiones.
Despido de personal
Médicos de otras salas admiten que la crisis en el hospital es crónica, pues a la falta de fármacos se suma la intención de parte de la Secretaría de Salud de despedir personal.
“Mandaron una nota donde me indicaban que tenía que despedir médicos o enfermeras. Yo no voy a despedir personal que no tengo y que más bien hace falta. Si hay que despedir personal, que venga a hacerlo el ministro”, afirmó un médico que omitió su nombre.
Otro doctor reforzó esta versión y dijo que en el documento que les enviaron les explican que no hay presupuesto para recontratar el personal que trabaja por contrato.
Ante esta versión, Argueta aseveró que “hay un presupuesto y el ministro dijo que se tiene que enmarcar en el presupuesto, enmarcarnos significa tener que cortar personal; pero ellos ya están buscando la salida para que se enmarque el presupuesto a la necesidad real. No es que vamos a sacar personal”.
Se vence plazo a ministros
Diario LA PRENSA intentó comunicarse con el ministro de Salud, Salvador Pineda, y con el viceministro Javier Pastor, ninguno respondió las llamadas ni los mensajes para dar respuesta.
Al titular de este Ministerio y a la Secretaría de Finanzas se les venció el plazo que dio la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para rendir un informe sobre la situación que atraviesan los hospitales del país.
La Sala de lo Constitucional dio un término de 48 horas. Los cinco magistrados admitieron un recurso de la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público donde se emplazó a las autoridades de Salud. Se ordenó constatar las denuncias permanentes contra los derechos de los pacientes para que se informe acerca del desabastecimiento de medicamentos, falta de cupos, personal insuficiente, infraestructura inadecuada, inaplicación de tratamientos médicos y falta de materiales en los principales hospitales.
Roxana Araujo, exministra de Salud, fue destituida de su cargo por el presidente Porfirio Lobo.
La razón que dieron las autoridades por su destitución fue porque había sido incapaz de resolver el desabastecimiento en los hospital; sin embargo, la situación en lugar de mejorar ha empeorado.
