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15% de los sampedranos tiene problemas de fertilidad

  • 12 junio 2013 /

No poder procrear es una causa de divorcio en la sociedad hondureña.

Clara Mejía y Noberto Ramos se casaron hace tres años, su mayor ilusión era tener al menos dos hijos; pero por problemas espermáticos no pudieron hacer su sueño realidad.

Ramos no quiso seguir un tratamiento para su fertilidad y con el tiempo su relación se enfrió y decidieron separarse. Para ella no poder tener un hijo influyó mucho en su divorcio.

En San Pedro Sula a diario se viven casos similares, pero expertos aseguran que la poca cultura reproductiva empeora la situación.

“La infertilidad es un problema que afecta al 15% de la población mundial, y en San Pedro Sula y Honduras 15 de cada 100 personas son infértiles”, informó Luis Zúniga, ginecólogo del hospital Mario Rivas.

Zúniga detalla que 40% se debe a problemas
peritoneales de la mujer, 40% es por insuficiencia seminal de los hombres, 10% es por causas genéticas y 10% es de origen desconocido.

Eduardo Bueso, ginecólogo, y uno de los principales exponentes del tratamiento reproductivo en Honduras y el continente, explica que aunque las mujeres presentan el mayor porcentaje de problemas de fertilidad, este termina siendo “relativo porque son ellas quienes más ayuda buscan siempre.
Los varones tienen más complejos en cuanto a la fertilidad y prefieren darse por vencidos que intentar con su mujer”.

La medicina reproductiva les ofrece a las parejas garantías sobre su fertilidad, pero se debe acudir en pareja a consulta porque el problema y la solución y la bendición de un embarazo es de los dos, aconseja el doctor. En promedio, nueve de cada 10
casos de infertilidad se superan, dijo Bueso.

Edad idónea


Según Norma Ledezma, ginecóloga en consulta externa del Rivas, a diario llegan “muchas mujeres a pedir ayuda para tratar la fertilidad, pero los exámenes son de costos muy elevados y esto les impide continuar con tratamientos para lograrlo”.

Una recomendación de Ledezma es tomar en cuenta la edad. La fertilidad en la mujer oscila entre los 18 a 25 años; después de los 35 puede retrasarse un poco y luego de los 40 años implicaría complicaciones en su salud y la del bebé. “En la actualidad, en nuestra ciudad, en nuestro país y en toda América Latina se pospone la maternidad por asuntos sociales, educativos o económicos.

Las parejas que deciden tener pocos hijos algo tarde, deben valorar su útero para descartar tumores y malformaciones. Deben saber o conocer si ovulan espontáneamente o no”. En el caso de los varones, la edad máxima para la fertilidad llega hasta los 55 años, antes de presentar mayores dificultades en su reproducción.


“La mayoría de problemas reproductivos en los hombres ocurren por problemas genéticos o causas externas, como el tabaquismo, la obesidad, uso de sedantes, quimioterapia, radiaciones, entre otras. Un caso muy frecuente es la necrospermia que se debe a espermatozoides muertos que no alcanzan a llegar al óvuo.

“Este caso se resuelve con inseminación. El mismo espermatozoide del hombre es usado en este proceso, solo se le ayuda a llegar a tiempo”, explica.

Prevención y éxito

El ginecólogo del Rivas explica que los varones deben tener cuidado con la ropa interior que usan, pues el exceso de calor resta calidad a los espermatozoides. “También deben tener precaución a la hora de manejar en carreteras llenas de baches y hoyos porque los traumas en los testículos aunque no se sientan pueden ser considerables”.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy en día se han descubierto nuevas formas de detectar las causas de la infertilidad; pero al mismo tiempo están a la mano de las personas de todos los estratos sociales mejores tecnologías para vencerla.

“Entre el 90 y 95% de los casos de infertilidad se pueden superar en toda América Latina y el primer método es el natural, que las parejas visiten a los médicos que velan por la reproducción y si después de eso no resulta viene la intervención médica”, explica la OMS en un informe.

El gran problema se origina en la falta de educación reproductiva, pues en nuestra sociedad “se enseña sobre métodos anticonceptivos, pero no sobre fertilidad y eso ha sumergido a las parejas en un tabú de imposibilidad que ya no existe”, dice Bueso, también vicealcalde de la ciudad.