Un sonoro aplauso y el grito eufórico de los jóvenes sampedranos estremeció ayer los sentimientos de la hondureña Maribel Lieberman después de contarles cómo llegó a crear una de las marcas de chocolate más famosas del mundo, MarieBelle.
Ella estuvo ayer como conferencista invitada del IV Congreso Iberoamericano de Jóvenes Empresarios, al que asistieron universitarios y líderes empresariales para estimular el espíritu emprendedor entre la juventud sampedrana.
“Si tienen un sueño no lo dejen caer, nada es fácil en la vida; pero si no lo apartan de su cabeza y tienen persevarancia y trabajan con pasión, yo les aseguro que van a alcanzar todo lo que ustedes se propongan”, esas palabras de la compatriota encendieron los ánimos de los jóvenes emprendedores.
A los 17 años de edad, Maribel se fue de Honduras para Estados Unidos como cualquier inmigrante, sin imaginar que años después sería conocida a nivel mundial como la “reina del chocolate”.
Vendiendo confites en su escuela, Maribel logró comprar su primer par de zapatos a los nueve años de edad, en su pueblo natal Jutiquile, Olancho, proveniente de un humilde hogar conformado por seis varones y dos mujeres, siendo ella la menor de la familia.
“Desde que llegé a Estados Unidos mi enfoque fue tener mi propio negocio. Hice todos los trabajos como inmigrante, pero yo sabía que eso era por mientras, porque mi sueño era más grande”, relató.
Aprendió inglés y logró estudiar diseño de modas en Nueva York, pero viviendo en esa urbe descubrió su pasión por la cocina, que marcaría el inicio de su exitosa carrera empresarial.
“Descubrí primero que me encantaba la cocina, no solo cocinar comida deliciosa y experimentar varios tipos de ingredientes, especies que no eran comunes para mí, ingredientes de otras culturas, me encantaba descubrir y crear. Así fue como el chocolate vino a mi vida, otro ingrediente exótico, y sabiendo que nuestra cultura maya trataba el cacao como algo muy especial, fue aún más intrigante para mí”.
En 2000 abrió su primera tienda de chocolates en un pequeño espacio compartido con un negocio de anteojos, para compartir el alquiler.
Cuatro años después decidió instalar su primera fábrica de MarieBelle en Nueva York. Poco a poco fue creciendo hasta extenderse ahora a Japón, Corea del Sur y Singapur.
Sus productos son el deleite de celebridades como Oprah Winfrey, Brad Pitt, Steven Spielberg, Bill y Hillary Clinton y Ricky Martin.
Este año, la ciudad de Kyoto, Japón, distinguió a esta hondureña emprendedora colocando sus diseños de chocolates en las gradas de la estación del metro que miden 650 metros de largo por 65 de ancho.
“Pienso que la perseverancia lo hace llegar a lo que se quiere, en la vida hay altibajos, pero esos momentos le sirven a uno para reencontrarse y no caerse”, expresó la esposa del pintor belga Jacques Lieberman, con quien procrearon una hija.
El nuevo proyecto de Maribel es exportar el cacao fino de Honduras al mercado japonés y de ahí a todo el continente asiático.
“Les digo a los jóvenes que se puede cuando se quiere, hay mucho trabajo por hacer; pero la perseverancia los hará triunfar”, concluyó.
