San Pedro Sula, Honduras.
Las grúas de la alcaldía recorren la ciudad y se llevan los carros, según ellos, por estar mal estacionados.
Lo hacen en las afueras de las empresas, clínicas, hospitales, farmacias y en sitios adonde los vehículos no estorban.
Y como si esto fuera poco, los sampedranos no tiene derecho a estacionarse en los parqueos públicos cercanos a El Centro porque la misma Policía Municipal los reserva para los empleados.
De forma paradójica, a pocas cuadras de la Municipalidad y frente a los policías decenas de carros se estacionan en las aceras de la catedral.
En la segunda avenida, desde la siete hasta la primera calle no se puede ni pasar porque en ambos lados de las calles hay autos parqueados.
Hay calles casi cerradas en el centro de la ciudad, dice el comerciante Martín Méndez.
En administraciones anteriores se recuperaron importantes vías, como la tercera avenida, pero hacer hoy un recorrido por esa zona da tristeza porque no se puede caminar por las aceras.
El parque central se ha convertido en un mercado y no hay interés de las autoridades en recuperarlo. “Los turistas quieren visitar la catedral y el parque, pero con esta imagen da pena que recorran la ciudad”, asegura María Méndez, empleada de una operadora de turismo.
La situación causa hasta indignación en algunos sampedranos, quienes aseguran que no es posible que la Policía Municipal no actúe en estos sitios, pero que sí lo hace en lugares adonde los carros no estorban.
“Tal parece que hubiera confabulación porque es demasiado el desorden”, asegura Julia Montes, una sampedrana que frecuenta el centro.
El analista German Pérez manifiesta que la segunda avenida, atrás de la catedral, se ha convertido en un basurero.
“Se ve mucha basura y las aceras ocupadas por puestos de madera y carros estacionados obstaculizando el paso al peatón”, lamentó.
A juicio de Pérez, las calles y aceras son responsabilidad de la Municipalidad y ya es tiempo que se tomen disposiciones para recuperar los espacios perdidos y tomados por diferentes grupos.
“A pesar de que se ve a los policías municipales rondando por el parque y la iglesia, ellos no hacen mayor cosa por poner orden. En general, el área del parque y la catedral y sus alrededores es un basurero, un mercado, y un lugar que difícilmente dan ganas de visitar”, contó. LA PRENSA buscó a los encargados y manifestaron que solo el alcalde podía referirse al tema.
Las grúas de la alcaldía recorren la ciudad y se llevan los carros, según ellos, por estar mal estacionados.
Lo hacen en las afueras de las empresas, clínicas, hospitales, farmacias y en sitios adonde los vehículos no estorban.
Y como si esto fuera poco, los sampedranos no tiene derecho a estacionarse en los parqueos públicos cercanos a El Centro porque la misma Policía Municipal los reserva para los empleados.
De forma paradójica, a pocas cuadras de la Municipalidad y frente a los policías decenas de carros se estacionan en las aceras de la catedral.
En la segunda avenida, desde la siete hasta la primera calle no se puede ni pasar porque en ambos lados de las calles hay autos parqueados.
Hay calles casi cerradas en el centro de la ciudad, dice el comerciante Martín Méndez.
En administraciones anteriores se recuperaron importantes vías, como la tercera avenida, pero hacer hoy un recorrido por esa zona da tristeza porque no se puede caminar por las aceras.
El parque central se ha convertido en un mercado y no hay interés de las autoridades en recuperarlo. “Los turistas quieren visitar la catedral y el parque, pero con esta imagen da pena que recorran la ciudad”, asegura María Méndez, empleada de una operadora de turismo.
La situación causa hasta indignación en algunos sampedranos, quienes aseguran que no es posible que la Policía Municipal no actúe en estos sitios, pero que sí lo hace en lugares adonde los carros no estorban.
“Tal parece que hubiera confabulación porque es demasiado el desorden”, asegura Julia Montes, una sampedrana que frecuenta el centro.
El analista German Pérez manifiesta que la segunda avenida, atrás de la catedral, se ha convertido en un basurero.
“Se ve mucha basura y las aceras ocupadas por puestos de madera y carros estacionados obstaculizando el paso al peatón”, lamentó.
A juicio de Pérez, las calles y aceras son responsabilidad de la Municipalidad y ya es tiempo que se tomen disposiciones para recuperar los espacios perdidos y tomados por diferentes grupos.
“A pesar de que se ve a los policías municipales rondando por el parque y la iglesia, ellos no hacen mayor cosa por poner orden. En general, el área del parque y la catedral y sus alrededores es un basurero, un mercado, y un lugar que difícilmente dan ganas de visitar”, contó. LA PRENSA buscó a los encargados y manifestaron que solo el alcalde podía referirse al tema.