23/04/2024
02:07 PM

Empleada de la DEI se convierte en artista de cine

Sandra Ochoa personifica a la sirvienta que lo quiere todo en la cinta “¿Quién paga la cuenta?”.

En el trabajo nadie sabía que Sandra Ochoa era actriz, mucho menos que era una de las protagonistas de la última película hondureña “¿Quién paga la cuenta?” porque no quiso comentarlo con nadie por pura modestia.

‘Bien guardado te lo tenías’, le dicen sus compañeros de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) después de haber visto la cinta en la que Sandra hace el papel de la trabajadora doméstica “que lo quiere todo” y que incluso usurpa la tarjeta de crédito de su patrona “que lo tiene todo” para pagarse una costosa cirugía plástica con el fin de verse más joven.

Ya había tenido un papel secundario en la película “Unos pocos con valor”, pero por ese tiempo todavía no trabajaba en la DEI, así que pasó como otra más de las empleadas del departamento de Servicios Especiales de esta institución. “Yo era la esposa de Don Lentes, pero mi rol fue muy corto porque él me mata en el mismo momento en que aparezco en escena”, dice al referirse a su primera película.

Ahora que ya trascendió su fama, algunos contribuyentes llegan a buscarla al trabajo con la película grabada, para que les ponga una dedicatoria. Hay quienes le dicen que han visto la producción hasta cuatro veces.

Aunque su pecho le hierve de orgullo por dentro por el éxito que tuvo la película, trata de seguir actuando con naturalidad en su trabajo y mostrando la cara amable a los contribuyentes para cambiar la imagen que tiene la gente de los empleados públicos.

Siempre soñó con ser actriz de cine, pero no se imaginó que llegaría a lograrlo a sus 54 años. A su hija Sara Sabrina le decía cuando estaban viendo la entrega de los Oscar por televisión: “ya vas a ver que algún día voy a ganarme una de esas estatuillas”.

Por supuesto que lo decía vagamente sin creérselo, pero por dentro lo estaba deseando y lo sigue deseando, más ahora que ha visto brillar su talento en la gran pantalla.

“He vivido una experiencia inexplicable, se me pone la piel de gallina con solo pensar que he logrado el sueño de todo actor, ser protagonista de una película”.

Lloró de verdad

Cuando participó en el castin para hacer la película esperaba que le dieran un papel secundario, por su edad y porque todo mundo quiere ser la estrella principal.

“Deme aunque sea el papel de cruzar la calle”, le pidió al productor de Guacamaya Films, Benjie López, al ver que eran miles las que aspiraban al papel principal, pero este le replicó: “tú eres mi Dora”.

Se refería a Dora, una mujer con deseos de salir de la rutina del pueblo en donde vive y que al probar suerte en la ciudad le sobreviene un sinfín de conflictos que la terminan involucrando en problemas con dinero y tarjetas de crédito, según la sinopsis de la película.

El productor estaba sorprendido de la facilidad con que Sandra Ochoa asumía su papel en cuanto escuchaba la palabra ¡acción! En una de las escenas le pidió que por lo menos derramara una lágrima y resulta que Sandra terminó llorando. Para lograrlo no hizo más que concentrarse en el momento doloroso que sufrió su hija cuando le detectaron cáncer y luego tuvo que emigrar a Estados Unidos dejándola con el corazón partido. Eso la hizo llorar de verdad frente a las cámaras.

Seguirá soñando

No le gusta autoalabarse pero piensa que sus admiradores son personas en edades de 16 a 45 años, aunque ella ya pase de los cincuenta. Sus amigas le han dicho: ‘Sandra, qué bellas se te ven las piernas en esa película’.

Los productores sabían que es uno de sus principales atractivos físicos, por eso siempre trataban de enfocarle sus piernas lisas que no necesitan depilación, como cuando aparece acostada en la cama con un vestido de su patrona.

Está consciente que no es la belleza la que toman en cuenta los productores al momento de elegir a una artista, sino su personalidad o la expresión de su cara.

Para el caso ella fue escogida por su falta de glamur para hacer el papel de campesina y de servienta a la vez.

Así se lo dijo a unas presentadoras de televisión muy elegantes que la entrevistaron en Tegucigalpa y le preguntaban qué debían hacer ellas para convertirse en artistas de cine.

La película dejó de exhibirse en los cines hondureños pero va para Guatemala, El Salvador, Puerto Rico y Estados Unidos. “En México no nos quieren, pero están como parando las orejas por el éxito que ha tenido la película. Un amigo mexicano me comentó que allá causó un revuelo, pero que a ellos no les gusta alabar lo que no es producido en su país”. Sandra Ochoa dice que no dejará de soñar y espera que Guacamaya Films la tome en cuenta en el próximo proyecto cienematográfico que seguramente ya debe estar planeando.

Los tres más aplaudidos

En la película “¿Quién paga la cuenta ?” participan además como protagonistas óscar Izaguirre y Jorge Flores. Con Sandra fueron los más aplaudidos.
óscar actúa como Salvador. “Es el típico machista de la historia”, un hombre de familia de escasos recursos económicos, a quién el destino le tiene preparada una mala jugada.

Salvador trabaja para sostener a su familia, pero a causa de sus problemas de salud se ve obligado a aceptar la ayuda económica de su esposa.

Mientras, Jorge interpreta a Saúl. “Él le da vida a un joven muy responsable, trabajador e ingenuo. Labora en una cafetería, no le gustan las deudas y es muy cuidadoso con el dinero que le envía su padre desde Estados Unidos. Sin embargo, por influencias de su mejor amigo, termina involucrándose en un serio problema económico”.

El film es dirigido por Mathew Kodath, un hindú radicado en Honduras y Benjie López, un amante del cine de Puerto Rico.

Después de haber obtenido éxito con la cinta “Amor y Frijoles”, Kodath y López, con un reparto de actores y actrices de Honduras, llevaron a la pantalla grande su nueva producción.

El rodaje de la cinta demoró 50 días y tuvo como escenarios San Pedro Sula y el Lago de Yojoa, y refleja la cotidianidad de muchos hondureños.

“Fue filmada con tecnología de punta”, dijo Kodath, productor de la empresa Guacamaya Films.

La banda sonora estuvo a cargo de Polache y Naty Botero.