05/05/2024
06:23 PM

Las redadas obligan a los migrantes a montarse en La Bestia

El nuevo gobierno de López Obrador endurece la política migratoria que, al principio, era de puertas abiertas.

    Arriaga, México.

    Las redadas ejecutadas por las autoridades mexicanas están obligando a miles de centroamericanos que viajan en caravanas a abordar ilegalmente La Bestia, el tren que recorre desde el sur hasta el norte del país.

    Históricamente, La Bestia ha sido un sinónimo de esperanza para todos los indocumentados; pero a la vez un vehículo que ha llevado a la muerte a centenares de personas que han buscado el sueño americano.

    Quienes viajan en este tren de carga se exponen a asaltos, secuestros, extorsión y también a ser lanzados desde el techo por los delincuentes que operan en este corredor.

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    Con las caravanas, las cuales comenzaron en Honduras en octubre de 2018, los migrantes lograban viajar, con el consentimiento de las autoridades mexicanas, por rutas y medios seguros; pero en las últimas semanas, las circunstancias se han vuelto hostiles para quienes desean llegar a Estados Unidos.

    Los migrantes esperan en Arriaga, sur de México, la llegada de La Bestia para abordarla de forma ilegal. Hombres, mujeres y niños suben por las escaleras y luego se acomodan sobre los techos de los vagones.EFE
    Efectivamente transitar por México se tornó aún más difícil y menos hospitalario para migrantes como Óscar Vialta y su familia, frustrados por el endurecimiento de las reglas migratorias y una población reacia a cobijarlos en su afán de buscar una vida mejor.

    Vialta (de 42 años), su esposa y sus dos hijos salieron de Honduras a inicios de abril y al llegar a México no pudieron obtener una visa humanitaria que el Gobierno otorga ahora más selectivamente y que llevan días esperando.

    3 claves en la frontera: Estados Unidos estima que una caravana de 20,000 personas transita el territorio de México en estos días.

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    cierre de frontera

    Esta semana, el presidente estadounidense, Donald Trump, volvió amenazar con cerrar la frontera sur de su país con México y enviar a más militares debido a una presunta caravana activa de migrantes que se dirige a Estados Unidos en estos momentos.

    2

    despliegue militar

    Estados Unidos tiene desplegados ya a unos 6,000 militares en la frontera con México, entre soldados en activo y reservistas de la Guardia Nacional, como consecuencia de la voluntad de Trump de marcar músculo ante la llegada de varias caravanas de inmigrantes indocumentados el año pasado.

    3

    valla fronteriza

    Los soldados desplegados por el Gobierno de Trump se han dedicado a reforzar la valla fronteriza que separa Estados Unidos y México y a ayudar a la Patrulla Fronteriza (CBP) en el transporte de suministros en virtud que su misión aún no tiene una fecha límite.

    Uno les pide a ellos un permiso porque uno puede trabajar y seguir adelante; pero cuando llegamos empezaron con mentiras”, dice a la AFP, mientras espera recostado con su familia junto a las vías de La Bestia, en la localidad de Arriaga, en el sureño estado de Chiapas.

    Por ahora, según esta familia, ese tren es el medio de transporte de muchos migrantes en su camino hacia Estados Unidos, pese a enfrentar peligros, como sufrir caídas o toparse con grupos criminales.

    El Gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador ha admitido que hay un “insólito” aumento en el número de migrantes centroamericanos, a los que se han unido africanos, haitianos y cubanos, y decidió endurecer lo que parecía una política de puertas abiertas.

    Estrategia
    Los inmigrantes acuden ante guardias cuando atraviesan la frontera y son instalados en unos centros de reclusión.
    México determinó ahora restringir el paso de migrantes por los estados del norte, limítrofes con Estados Unidos, alegando la inseguridad en la zona e incrementó los operativos para detenerlos.

    El problema escaló cuando la noche del jueves casi 600 migrantes, mayoritariamente cubanos, se amotinaron y se fugaron de un albergue en Tapachula, también en Chiapas, forzando las puertas.

    El viernes, decenas de aquellos que no escaparon gritaban “queremos irnos” y “tenemos hambre” desde la estación migratoria; mientras que ciudadanos haitianos esperaban angustiados por una visa en las afueras del edificio.

    “¡Viene la migra!” Esperar esa esquiva visa humanitaria no fue el único problema de Vialta. Ahora debe estar atento por las noches a cuando otros compañeros de ruta gritan, “¡viene la migra!”, para poder correr con sus hijos y su esposa.“Uno se levanta adormilado con los niños porque uno no desea que lo agarren”, dice mientras su señora asiente molesta.

    Datos
    75,000 personas en 2018 llegaron a México en seis caravanas que salieron de Centroamérica.
    1000,000 migrantes ingresaron a EUA en marzo, según las autoridades de EUA.
    El lunes pasado vivió en carne propia el miedo de tener a “la migra” pisándole los talones cuando cerca de la localidad de Pijijiapan, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron a 371 miembros de la caravana en la que iba con su familia.

    “Cuando los vimos, los teníamos casi a los pies de nosotros. Logramos meternos en un potrero”, dice. Ahora su familia busca caminar por el monte y lejos de las carreteras para evitar a los agentes.

    José Vallecillo (de 41) vivió el mismo temor. Ese día, con su esposa e hija, se adelantó en el camino esperando encontrarse con la caravana, pero el grupo nunca llegó.

    “Nos decían que venía mucha gente y que esa caravana iba a seguir y decidimos esperarla y no pudimos verla, se desintegró”, relata también junto a las vías del tren al que espera subirse con los suyos en cuanto pase. Vallecillo también aguardó casi un mes, e inútilmente, por la visa humanitaria con la que pretendía llegar a la norteña ciudad de Monterrey. “Nos decepciona porque la verdad somos seres humanos y migrar no es un delito, y uno migra no por hacer grandes cosas, sino por tener un poquito de mejor vida”, dice.

    Durante el recorrido, llamado “ruta de la muerte”, el tren es interceptado por delincuentes, entre ellos, mareros y miembros de carteles de la droga. Estos criminales secuestran y extorsionan a los indocumentados. AFP
    No tenemos apoyo”. En octubre del año pasado, cuando las primeras caravanas de migrantes recorrían México, se sentía una solidaridad popular que hoy parece haberse esfumado, a tono con la renovada presión gubernamental. “El gobierno de cada estado nos ponía combis (camionetas), autobuses, las comunidades nos apoyaban con ropa, zapatos, víveres, hasta sobraba alimento”, dice Luis Antonio López, migrante nicaragüense (de 42), quien participó en las primeras caravanas y hoy vuelve a intentar el mismo camino.

    “Ahora ya no se ve eso, no tenemos el apoyo ni del pueblo ni de los policías”, dice mientras aguarda el paso del tren, igual que Vialta y Vallecillo, instalados a pocos metros de él. La gran mayoría de los migrantes quieren llegar a Estados Unidos, pues alegan que la violencia y la pobreza hacen imposible la vida en sus países de origen. Sin embargo, el presidente Donald Trump considera que este éxodo pone en riesgo la seguridad de su país y ha exigido a México detenerlos bajo amenaza de cerrar la frontera común, lo que golpearía el millonario comercio bilateral, vital para la economía mexicana.

    Donación. Mientras el papa Francisco destinó medio millón de dólares para que la Iglesia de México pueda seguir asistiendo a los inmigrantes que se encuentran bloqueados en ese país en su ruta hacia los Estados Unidos.

    Gracias al óbolo de San Pedro, que financia las obras de caridad del Vaticano mediante las donaciones de fieles, ese medio millón de dólares (unos 450,000 euros) serán distribuidos en 26 proyectos de 16 diócesis y congregaciones religiosas de México.