“¿Qué es lo que pretenden el presidente de la República de Honduras, Porfirio Lobo, y el titular del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández? ¿Qué hay detrás de esta iniciativa?”, preguntó el jefe de la bancada liberal, José Alfredo Saavedra.
El congresista se refirió a la celeridad con que el Congreso pretende aprobar la ley que reglamenta la aplicación de las figuras del plebiscito y el referéndum, siendo que este es un tema muy delicado y hay otros temas más trascendentes.
“Se está vinculando la iniciativa a una amenaza velada contra otro Poder del Estado”, advirtió el jefe de la bancada opositora. Aseguró haber escuchado a un empleado del Congreso Nacional en un programa televisivo decir que a través del plebiscito y referéndum se le puede preguntar al pueblo si estaba de acuerdo con la sentencia de un recurso de inconstitucionalidad dictada por la Sala Constitucional respeto al decreto de depuración de la Policía.
“Cuando se escuchan estos comentarios, uno se pregunta: ¿qué es lo que realmente está pasando? ¿qué es lo que se pretende?”, cuestionó el congresista. Saavedra dijo que “en nuestras mentes y en nuestros corazones hay muchas dudas sobre si este mecanismo o esta reglamentación es por prioridades o por establecer una confrontación o una crisis que nada bueno le puede dejar a Honduras”.
Agregó que “los hondureños lo que queremos es que nos resuelvan los problemas más inmediatos, como la falta de inversión, de empleo, la falta de reactivación de economía, el problema de la canasta básica familia y otros problemas”.
“A raíz de lo que se está diciendo es que tenemos serias dudas si este era el momento para conocer en forma objetiva, una iniciativa que puede ser un instrumento valioso para el país; pero si lo estamos vinculando a temas donde se quiere generar un conflicto entre Poderes del Estado, estaríamos totalmente en desacuerdo”, manifestó. Recalcó que es “muy mal mensaje” estar ligando esta iniciativa de reglamentación con la posible conducta de si el pueblo está o no de acuerdo con la sentencia.
En un Estado de derecho, todos estamos sometidos al imperio de la ley, nadie está sobre la ley; consecuentemente, si no queremos cumplir con una sentencia, simple y sencillamente, estamos volviendo a vivir como si estuviésemos en la selva, donde la única ley que impera es la del más fuerte”, dijo.
