Tegucigalpa, Honduras.
Ayer de nuevo afloraron los gritos, insultos y peticiones por parte de los vendedores ambulantes.
Desde las 6:00 am, los comerciantes comenzaron a instalarse en el corredor del paseo Liquidámbar para ofrecer ropa y calzado. Dos horas después comenzaron los intentos de desalojo por parte de las autoridades municipales, en cumplimiento a la ordenanza que prohíbe su presencia en la zona.
Grupos de policías municipales hacían constantes recorridos a pie, con el fin de que las actividades se desarrollaran con normalidad. Pero con el paso de las horas los ambulantes se aglutinaban con el fin de provocar nuevos disturbios. Al ser desalojados se mostraron agresivos y atacaban a los uniformados municipales.
Los elementos de la comuna capitalina en varios momentos quedaron en medio de los grupos de los comerciantes que con gritos y ofensas les hacían retirar en su afán por apropiarse del espacio público para ofrecer sus mercancías. “Queremos trabajar y aprovechar está temporada de fin de año, solo queremos trabajar hasta el seis de enero”, expresó Silvia Soto, una de las vendedoras. “Hasta los momentos no hay instrucciones que se puedan realizar ventas”, informó Josué Esperanza, vocero de los policías comunitarios.
Ayer de nuevo afloraron los gritos, insultos y peticiones por parte de los vendedores ambulantes.
Desde las 6:00 am, los comerciantes comenzaron a instalarse en el corredor del paseo Liquidámbar para ofrecer ropa y calzado. Dos horas después comenzaron los intentos de desalojo por parte de las autoridades municipales, en cumplimiento a la ordenanza que prohíbe su presencia en la zona.
Grupos de policías municipales hacían constantes recorridos a pie, con el fin de que las actividades se desarrollaran con normalidad. Pero con el paso de las horas los ambulantes se aglutinaban con el fin de provocar nuevos disturbios. Al ser desalojados se mostraron agresivos y atacaban a los uniformados municipales.
Los elementos de la comuna capitalina en varios momentos quedaron en medio de los grupos de los comerciantes que con gritos y ofensas les hacían retirar en su afán por apropiarse del espacio público para ofrecer sus mercancías. “Queremos trabajar y aprovechar está temporada de fin de año, solo queremos trabajar hasta el seis de enero”, expresó Silvia Soto, una de las vendedoras. “Hasta los momentos no hay instrucciones que se puedan realizar ventas”, informó Josué Esperanza, vocero de los policías comunitarios.
