03/05/2024
12:16 PM

Unos 26,000 policías comunitarios graduará el ITP como meta al 2022

Educación en derechos humanos y pruebas de confianza serán permanentes.

    Tegucigalpa, Honduras.

    Los más de 350 millones de lempiras que el Estado de Honduras, con la cooperación de países amigos, invirtieron en la reconstrucción y equipamiento del nuevo Instituto Tecnológico Policial (ITP), en la ciudad de La Paz ya es una realidad.

    En estas nuevas instalaciones se tiene como meta graduar a 26,000 policías comunitarios con formación en derechos humanos, que resguardarán a los hondureños.

    La ‘‘profunda evolución’’ de las instalaciones físicas, tecnológicas y las reformas académicas son evidentes, expresaron ayer sus autoridades durante un recorrido por las nuevas instalaciones en el que estuvo presente el equipo periodístico de LA PRENSA.

    ‘‘Para nosotros hay una gran voluntad de garantizar una debida formación de los agentes de la escala básica, nosotros estaremos vigilantes a que estos procesos de veeduría sean permanentes”, expresó Omar Rivera, miembro de la Comisión especial de Depuración de la Policía Nacional.



    Dijo que es positivo que ahora existan procesos de admisión rigurosos, por lo que ahora quien quiera ser policía es sometido a estrictos procesos de certificación desde su formación.

    El depurado argumentó que este era un mensaje claro que debe replicarse en otras operadores de seguridad y justicia, pero que para que los nuevos policías formados en el ITP, cumplan una función adecuada es necesario que se renueve la formación de los oficiales formados en la Académica Nacional de la Policía Nacional (ANAPO) y la educación impartida en la Universidad Nacional de la Policía de Honduras (UNPH).

    El subcomisionado Wilmer José Torres, director del ITP explicó que la nueva formación de los policías de la escala básica tiene tres ejes transversales: la formación comunitaria, los derechos humanos y la formación por competencias.

    Sobre esta última, Torres explicó que ahora el ITP es capaz de detectar si los aspirantes tiene denuncias o antecedentes criminales, si son afines a pandillas y en general saber si no son idóneos a para integrarse y formar parte de este cuerpo uniformado.

    ‘‘Desde 2014 se han recibido a 8,000 aspirantes y de ellos unos 2,500 salieron del Instituto no sólo por malos antecedentes, sino también por indisciplina bajo rendimiento académico’’, comentó el director del ente formativo.