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Policías culparon a mareros del crimen de Landaverde

  • 10 abril 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

Bajo el número 0801-2011-34720 se registra el expediente que contiene todas las diligencias judiciales realizadas para esclarecer el asesinato del ingeniero Alfredo Landaverde, el experto en temas antidrogas acribillado el 7 de diciembre de 2011.

El informe tiene 232 folios, entre ellos dos versiones del asesinato y el testimonio que señala cómo presuntamente desde la Policía “sacaban a mareros” del presidio para efectuar crímenes.

También incluye una investigación que apunta como presunto autor intelectual a un general y a dos fiscales como sus colaboradores.

El informe comienza con la denuncia número 3472007 interpuesta en diciembre de 2011.

El archivo contiene registros de vaciados telefónicos, declaraciones de policías, padrones fotográficos, análisis de videos, resultados de balística, dictamen de autopsia e informes de seguimiento.

En el proceso se obtuvieron las versiones de los policías de Tránsito que estaban asignados en el semáforo de la Colonia 21 de Octubre el día que asesinaron a Landaverde e hirieron a su esposa Hilda Caldera.

Las declaraciones de los uniformados aparecen registradas en el folio número 9.

Un testigo -cuyo nombre no aparece consignado en el expediente- es quien describe físicamente al sicario: “Es una persona alta, pelo castaño, algo blanco como de 32 años, quien vestía un jean azul oscuro, un suéter o sudadera azul oscuro con rayas horizontales y andaba con tenis”. Al inicio de las investigaciones, el expediente señala que las informaciones preliminares que manejaron los investigadores de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) apuntaban que sicarios de la Mara Salvatrucha, la MS, de la colonia 3 de Mayo de Tegucigalpa, eran los responsables del crimen del analista en seguridad.

Según los agentes, fueron tres mareros los sospechosos, versión que mantuvieron sobre el asesinato, según consta en los folios del 36 al 39.

En otro folio, el expediente indica que un mes antes del crimen, un comisario de la Policía -que estuvo detenido por la incautación de los 142 kilos de cocaína en La Mosquitia- llegó hasta la vivienda de Landaverde, pero no detalla cuáles fueron los motivos para que el oficial visitara al analista.

Evidencias

De acuerdo con las declaraciones de un informante que constan en otro de los folios del expediente, un reo que está en la Penitenciaría Nacional y que en ese tiempo “era sacado por un comisionado” del centro penal, junto con dos personas más, para ejecutar las muertes que ordenaban los oficiales y eliminar a todo aquel que se convertía en un tropiezo para sus operaciones. El 8 de diciembre del 2011, otro testigo aseguró que fue un comisario y un subinspector los que organizaron las acciones de los sicarios para ejecutar el asesinato de Landaverde.

Había dos policías que hacían vigilancia al ingeniero.

Los uniformados a bordo de un vehículo Toyota Prado color blanco, realizaron la vigilancia que se pactó en la reunión que tuvieron altos oficiales para planear el crimen.

La Fiscalía, en el proceso de recolección de evidencias, decomisó el libro de novedades de la posta de Policía de la colonia San Miguel, donde estaban asignados al momento del crimen, un comisario, un subcomisario, un clase uno y 11 policías, que se vinculan al crimen, según el expediente.

Las investigaciones, que constan en los archivos en poder de la Fiscalía, incluso alcanzan a una banda criminal de la que dos de sus miembros fueron asesinados.

Pero fue hasta el 12 de febrero de 2012 cuando un reo declara sobre la muerte del analista y acusa que fue ordenada por un comisionado general.

Este informante narra cómo presuntamente celebraron el crimen los oficiales junto con conocidos narcotraficantes en Colón. “Fue celebrada su muerte en Tocoa, en una finca donde, además de los oficiales, estaban dos narcotraficantes”, se lee en un extracto de la investigación.

Y un testimonio que recibió la Fiscalía el 7 de enero de 2012, en El Progreso, Yoro, hunde a un general.

El informante afirma: “La muerte del ingeniero Alfredo Landaverde fue ordenada por un general de la Policía. Le colaboraron dos fiscales del Ministerio Público”, señala el testimonio.

Pese a las evidencias que se recopilaban no se produjo ninguna acción que llevara a avanzar el proceso a fin de dar con los responsables del crimen.

El expediente también tiene información que detalla que en 2012, un inspector de Policía dio muerte al suboficial cobra Elver Nahun Mejía Cáceres, supuestamente por negarse a ser parte de los sicarios de Landaverde.

El 5 de noviembre de 2013, el tribunal de Sentencia de Tegucigalpa, por unanimidad de votos, declaró culpable por el delito de asesinato en perjuicio de Alfredo Landaverde a Marvil Noel Andino Mascareño.

Clamor

Hilda Caldera, viuda de Landaverde, pidió a las autoridades que no permitan que el caso para esclarecer la muerte de su esposo se vuelva a estancar como en el reciente pasado.

“Tenemos esperanzas de que haya justicia. Por mucho tiempo los autores intelectuales fueron protegidos. Ahora es el momento de seguir las pistas, de no dejar morir el caso”, agregó.