San Pedro Sula, Honduras.
Durante años las reglas en el interior del Centro Penal Sampedrano las dictaban los reos, como revelaron informes de diversas organizaciones y confirmó ayer el Gobierno hondureño.
El Informe Anual a la Nación 2015, elaborado por el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev), ya señalaba que los reos ponían las reglas en muchos centros penales.
Uno de ellos era la cárcel de San Pedro Sula, en la cual los reclusos ponían las reglas en parte porque ahí estaban algunos de los más peligrosos pandilleros del país.
Sin embargo, ayer hubo un giro radical tras el traslado de más de 700 reclusos, de la MS-13 y de la pandilla 18, los cuales fueron sacados de la cárcel sampedrana y llevados a la prisión de máxima seguridad llamada El Pozo en Ilama, Santa Bárbara.
“Para estos reclusos, el autogobierno y el desorden se acabó”, señaló el Gobierno de Honduras en un comunicado emitido ayer.
Añadió que de acuerdo a los datos del Instituto Penitenciario, en el Centro Penal de San Pedro Sula “guardaban prisión 496 integrantes de la pandilla 18 y 105 pertenecen a la mara MS-13. El resto son miembros de otras bandas delincuenciales, sumando un total de al menos 700 criminales”, revelaron las autoridades.
Tras el traslado de ayer, la cárcel de San Pedro Sula quedó sin pandilleros por primera vez en los últimos 20 años.
Caos
Las autoridades de Casa Presidencial detallaron los problemas, delitos y crímenes que habían en la cárcel de San Pedro Sula antes de este traslado.
“Hacinamiento, venta de drogas, tráfico de armas, violencia y órdenes para ejecutar masacres, secuestros y extorsiones, son solo parte de la podredumbre que ha estado a la orden en uno los recintos penitenciarios más poblados del país”, enumeró el Gobierno.
El reordenamiento del sistema penitenciario fue impulsado por el presidente Juan Orlando Hernández.
Sobrepoblación
La cárcel tiene capacidad para 800 reos, pero según cifras del Instituto Nacional Penitenciario tenía 3,227 reclusos hasta el pasado 27 de febrero.
Este centro penal funciona hace más de 60 años en el barrio Las Palmas de San Pedro Sula. “Honduras comienza a cerrar hoy (ayer) las oscuras páginas de un libro que se escribió con sangre, violencia y corrupción en el viejo centro penal sampedrano”, dijo el Poder Ejecutivo en su comunicado.
Durante años las reglas en el interior del Centro Penal Sampedrano las dictaban los reos, como revelaron informes de diversas organizaciones y confirmó ayer el Gobierno hondureño.
El Informe Anual a la Nación 2015, elaborado por el Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (MNP-Conaprev), ya señalaba que los reos ponían las reglas en muchos centros penales.
Uno de ellos era la cárcel de San Pedro Sula, en la cual los reclusos ponían las reglas en parte porque ahí estaban algunos de los más peligrosos pandilleros del país.
Sin embargo, ayer hubo un giro radical tras el traslado de más de 700 reclusos, de la MS-13 y de la pandilla 18, los cuales fueron sacados de la cárcel sampedrana y llevados a la prisión de máxima seguridad llamada El Pozo en Ilama, Santa Bárbara.
 Los reos cuando eran trasladados.
|
Añadió que de acuerdo a los datos del Instituto Penitenciario, en el Centro Penal de San Pedro Sula “guardaban prisión 496 integrantes de la pandilla 18 y 105 pertenecen a la mara MS-13. El resto son miembros de otras bandas delincuenciales, sumando un total de al menos 700 criminales”, revelaron las autoridades.
Tras el traslado de ayer, la cárcel de San Pedro Sula quedó sin pandilleros por primera vez en los últimos 20 años.
Caos
Las autoridades de Casa Presidencial detallaron los problemas, delitos y crímenes que habían en la cárcel de San Pedro Sula antes de este traslado.
 Desde tempranas horas del día se planeó la operación.
|
El reordenamiento del sistema penitenciario fue impulsado por el presidente Juan Orlando Hernández.
Sobrepoblación
La cárcel tiene capacidad para 800 reos, pero según cifras del Instituto Nacional Penitenciario tenía 3,227 reclusos hasta el pasado 27 de febrero.
Este centro penal funciona hace más de 60 años en el barrio Las Palmas de San Pedro Sula. “Honduras comienza a cerrar hoy (ayer) las oscuras páginas de un libro que se escribió con sangre, violencia y corrupción en el viejo centro penal sampedrano”, dijo el Poder Ejecutivo en su comunicado.
