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Estudiantes hondureños, en la línea de fuego de las maras 

  • 19 abril 2018 /

Los pandilleros acechan amenazando a estudiantes y docentes en las escuelas.

Tegucigalpa, Honduras

Los estudiantes también son víctimas de la inseguridad imperante en Honduras, donde este mes dos dramáticos casos de menores asesinados elevaron el nivel de alarma obligando a desplegar policías y militares para proteger las aulas.

Un escolar de 12 años murió en un tiroteo y una colegiala de 16 fue abatida por pistoleros, en una cadena de crímenes que tiene en vilo a los centros escolares asediados por delincuentes.

Dato
En total 30 estudiantes fueron asesinados en Honduras en el primer trimestre de 2018: un escolar, seis de secundaria y 23 universitarios, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.
Los pandilleros acechan amenazando a estudiantes y docentes en las escuelas, en cuyos alrededores reclutan a jóvenes, extorsionan, venden drogas, asaltan y asesinan.

El niño de 12 años que salía del centro básico Monseñor Jacobo Cáceres, este de la capital, fue alcanzado en un tiroteo durante el asalto a un bus el pasado 2 de abril.

Nueve días después, la profesora Miriam Leticia Argueta, del mismo centro, sobrevivió a una herida de bala que le infirió un desconocido cuando caminaba hacia la escuela.

En otro incidente, el 13 de abril, la colegiala de 16 años que pasaba cerca del Instituto Central Vicente Cáceres, sureste de Tegucigalpa, fue abatida a tiros por desconocidos que abrieron fuego desde un vehículo. Las autoridades no determinaron las causas de estos ataques.

Más patrullaje

La presencia policial esporádica resulta insuficiente para llevar la tranquilidad a los barrios donde las familias sufren por los asaltos y los homicidios, según los educadores.

'Nos están matando a nuestros estudiantes', lamentó el profesor del Central, Hernán Díaz.

Al menos seis estudiantes de ese colegio han sido asesinados desde 2014 y uno desapareció, según la prensa local.

'No es que estemos pidiendo un batallón, pero que haya presencia de la policía' en los alrededores de la escuela, dijo a la AFP Alex Galindo, padre de dos niños que estudian en el Jacobo Cáceres.

Profesores y padres de familia de esa escuela se reunieron el martes pasado para acordar la reanudación de las clases, después de cuatro días de suspensión de labores por temor a los delincuentes.

'Hay un histeria colectiva. Queremos patrullajes afuera de la escuela, adentro no porque los niños tienen temor a las armas', dijo a la AFP el director del centro básico, Wilson Sorto.

Despliegue policial y militar

El portavoz de un sindicato magisterial, José Oscar Meza, deploró que las autoridades del Ministerio de Educación llegaron a pedir a los padres de familia durante el encuentro que ellos protejan a sus hijos. 'Eso es ridículo', reclamó.

Pero el portavoz militar Mario Rivera anunció que policías y militares fueron desplegados en 53 escuelas y colegios para garantizar la seguridad debido al aumento de los delitos.

Mary Agurcia, una activista de derechos humanos que acompañaba a los padres de familia del 'Jacobo Cáceres, lamentó que 'la política de seguridad del Estado ha fracasado'.

Desde enero del 2010 a marzo 2018 se produjeron 26.403 muertes violentas de niños y jóvenes, de los cuales el 1,8% de víctimas son niños y niñas y 98.2% son jóvenes en edades de 12 a 30 años.

Honduras ha estado catalogado como uno de los países sin guerra más violentos del mundo. El gobierno asegura que ha mermado la violencia porque en el 2017 la tasa de homicidios bajó a 43 por cada 100.000 habitantes, de 60 por 100.000 que se registró en 2016.