Los líderes religiosos del occidente del país siguen divididos.
Los obispos Luis Alfonso Santos y Darwin Andino hicieron públicas sus diferencias.
El pasado fin de semana, Andino pidió una auditoría a la Diócesis de Copán -que él preside- argumentando que no encuentra 2.5 millones de lempiras de un terreno que vendió Santos, obispo emérito de esa Diócesis.
Al respecto, Santos dijo contar con un abogado, con quien se reunió ayer para tratar la denuncia. “Voy a contestar por medio de un abogado, mi apoderado legal hará la defensa”, declaró en HRN. Se excusó de no exponer sus argumentos públicamente por encontrarse mal del estómago. Santos se mostró sorprendido por la posición de Andino por pedir una auditoría.
“No sé por qué el monseñor Darwin lanza eso a la opinión pública nacional e internacional. Me extraña que monseñor haya acudido a los medios de comunicación social”, señaló.
“Yo no soy un ladrón ni un mentiroso, la gente me conoce como un hombre honrado y un hombre amante de la verdad; lo que pasa es que ahorita me han echado los perros bravos, los que ladran fuerte”, agregó.
Enseguida dijo que no sabe quién está detrás de Andino, quién lo está investigando. Expuso que Andino no lo puede juzgar, que para eso están los tribunales. “Dicen que ‘el que escupe para arriba, en la cara le cae la saliva’, je, je, je. Yo creo que ya le ocurrió (a Andino) por andar hablando lo que no debe”, manifestó Santos. Andino asumió en 2011 la Diócesis de Copán. En noviembre de ese año, Santos cumplió 75 años, y, según el Derecho Canónico, cuando un obispo llega a esa edad debe renunciar, y así lo hizo. Santos fue nombrado obispo de esa diócesis en el año 1984. “En 27 años nadie ha dudado de mi honorabilidad, soy un hombre honrado y sincero. Vivo en Santa Rosa de Copán, pobremente, no me he enriquecido con los bienes de la Iglesia”, expresó.
