Tegucigalpa, Honduras
Las cárceles de máxima seguridad conocidas como Pozo I, en Ilama, Santa Bárbara, y Pozo II, en Morocelí, El Paraíso, fueron “blindadas” por la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios (FNCCP).
El objetivo de la nueva fuerza es evitar el ingreso de armas de fuego y drogas a los centros de reclusión de los privados de libertad. “A las cárceles de máxima seguridad no se podrá introducir ningún tipo de producto ilegal, como pretenden muchos visitantes”, advirtió Luis Fernando Suazo, ministro coordinador del Gabinete de Prevención, Seguridad y Defensa.
El funcionario explicó que la FNCCP procedió desde ayer a establecer un control de todo lo que entra y sale del centro, eso incluye personas y cualquier tipo de mercadería, que deberán pasar por escáner.
“Los elementos de la FNCCP van a estar asistidos por una maquinaria de última generación, con escáner de rayos X, tanto para personas como para las cosas. Vamos a empezar en los centros principales, donde está la gente más peligrosa, y ellos van a controlar todo lo que entra y sale”, destacó.
Suazo detalló que esa regla es aplicable para todas las personas, incluyendo al director del centro, a todos los miembros de la seguridad interna y a quienes llegan de visita, como también para los abogados que asisten a reunirse con los presos.
La FNCCPP será la encargada de toda la parte de la tecnología que se ha instalado. La seguridad interna de las cárceles está siempre en poder del Instituto Nacional Penitenciario; los anillos de seguridad externos le competen a la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
