Sin cadenas y acompañado de los familiares que le quedan en Honduras descansa Max Villatoro en un lugar apartado de San Pedro Sula. Luego de su deportación el viernes pasado, el pastor menonita sigue en ayuno y oración pidiéndole a Dios que lo imposible para el hombre se haga posible.
Villatoro habló en exclusiva con LA PRENSA 24 horas después de haber sido deportado de Estados Unidos, en donde su familia, amigos y miembros de la iglesia hicieron varias manifestaciones para evitar su regreso obligatorio.
Ya por lo menos descansé. Al fin sin cadenas, gracias a Dios (ríe). Es como una pesadilla, nomás estando allí en prisión. Estoy tranquilo gracias a Dios, ahora a seguir luchando.
Seguir esperando, las esperanzas es lo único que no se pierde.
No, sabemos que es casi imposible ganarle a un imperio de esos, pero voy a seguir luchando. Le creo a Dios y si ya no se puede regresar, emigraré a otro país que no sea Honduras. No por mí, porque ya viví acá. Sé lo que se siente caminar por las calles de San Pedro Sula, yo fui por muchos años conserje de Banco del Ahorro, me transportaba en bicicleta, yo aprendí a andar en cosas buenas en medio de un ambiente malo. Pero el asunto es por mi familia, yo no voy a traerlos aquí. Ellos no se merecen eso porque son de allá (nacieron en EUA). Yo voy a seguir luchando por regresar, pero si no me quieren allá, no se puede rogar. Tendré que buscar otro país que me dé el apoyo que yo necesite y la seguridad primeramente, todo padre busca la seguridad para sus hijos. Si solo tienes para comer, está bueno, pero que ellos estén bien y no te los vayan a matar.
No las entiendo, pero llega un punto donde tienes que aceptar la realidad. Dios no es así, si fueran mis fuerzas, ahorita estuviera deprimido, pero yo sé que Dios es justo, no voy al hombre.
Tengo abogado, apoyo del hombre, de organizaciones, de iglesias, pero mi confianza no está allí. Me he metido con Dios ayunando, leyendo la Palabra y todo esto me ha acercado más a Dios. Yo sigo siendo hombre, pero mi confianza está en Él. Aunque no lo vea yo sigo creyendo que Dios puede hacer el milagro.
Sí, pero siempre hay gente que va criticar. Han dicho “manden a ese pastor a trabajar aquí (Honduras) a trabajar”, más no saben que yo trabajo en construcción, en maquinaria pesada, yo no soy fuerte físicamente, pero hago lo que me pongan enfrente. Hay gente que no sabe que no todos los pastores viven los diezmos y ofrendas y que no a todos se les paga un salario. Ejercí el pastorado en tiempo libre, pero siempre trabajé y de eso tengo historial, por eso estoy tranquilo.
Vamos a esperar el lunes para hacer un llamado general. No vamos a arremeter contra el Gobierno de Estados Unidos, sino que vamos a hacer conciencia, aunque todos digan que no les vamos a ganar a ellos. Nos ven mal a todos los hispanos por igual, incluso a los hondureños nos dicen “hey mexicano” y nosotros que teníamos congregación hispana sabemos del trato que recibían nuestros hermanos. Ellos tienen en sus billetes “In God We trust”, pero sabemos que Dios no es como ellos y nos merecemos otra cosa y para eso hay que levantarnos.
Ellos están respaldando a mi esposa, eso me ha ayudado mucho. Están conmigo todavía y, bueno, Dios tiene que levantar allí a alguien más, aunque ellos dicen “creemos que Dios tiene el control de esto y vas a regresar”.
Será a las 10:00 am en las instalaciones del Codemh. A partir de allí podemos hablar abiertamente de lo que deseen.
Sinceramente no puedo decir donde me encuentro porque, aunque no soy famoso, me están haciendo famoso por todo lo que está pasando. Y siempre puede haber alguno con malas intenciones que diga “agarremos a este”.
No tengo miedo, tengo un Dios más poderoso que el hombre y si me pasa algo será porque Él lo permite como pasó la deportación; pero también hay que ser sabios y lo hago por mis hijos y mi esposa que me aman y van a estar devastados si me llegara a pasar algo aquí.