29/04/2024
12:24 AM

Ni una cirugía detuvo sueño de niño diputado

El Progreso, Honduras.

El menor Cristian Daniel Reyes no esperó que le quitaran los 20 puntos de la cirugía. Salió de su casa de bambú en el campo de Las Flores para ir a representar a su departamento de Yoro como diputado infantil ante el Congreso Nacional.

Se ganó ese honor, gracias a las altas calificaciones que siempre ha obtenido como estudiante del centro educativo básico Luis Andrés Zúñiga, ubicado justamente frente a la casita en la que vive con su mamá y sus tres hermanos. La señora sostiene sola a su familia vendiendo golosinas que ella misma elabora. Precisamente estaba rayando elotes tiernos para hacer tamalitos cuando llegamos a su casa a platicar con Cristian. En una pata de la mesa sobre la que ella desgranaba con un cuchillo los elotes, estaba amarrado un pollo que una amiga le regaló a Cristian por su triunfo.

“Aquí vivimos las cinco personas”, dijo María Cristina mientras mostraba la casa que tiene piso de tierra, y la que hizo con ramas de bambú y pedazos de lámina de zinc.

En la parte trasera de la vivienda destaca un árbol de mazapán que prodiga sus frutos a la familia para que de ellos la mujer haga tajadas fritas que también vende “como pan caliente” entre los niños de la escuela.

Cristian le ayuda a mercadearlos y venderlos usando una jerigonza de convencimiento que no le falla. También vende hojuelas “en oferta a tres lempiras, pero si lleva dos se las doy a seis lempiras”. Hasta que el cliente paga se da cuenta que no había tal oferta, comenta el chico sonriendo mientras se lleva la mano al abdomen tratando de contener el dolor de la operación.

Foto: La Prensa

Señala las piedras sobre las que cayó.
El 24 de agosto cuando el muchacho de 13 años ya había sido designado como diputado infantil por el Congreso Nacional, la Unicef y la Secretaría de Educación, sucedió la tragedia que casi le cuesta la vida.

Como a las seis de la mañana de ese lunes, su madre le pidió que le fuera a cortar unos mazapanes que pelaría y haría en tajadas para la venta. Con la acostumbrada pericia Cristian trepó rápidamente el árbol, se paró en una rama y alcanzó uno de los pesados frutos.

Entonces trató de alcanzar otra rama. En ese momento su soporte se resquebrajó y él cayó en forma estrepitosa sobre el suelo pedregoso. María Cristina se disponía a bañar a la niña de siete años cuando escuchó el crujir de la rama y salió a la carrera. Lo halló boca abajo manando sangre de la cara y la nariz.

Al escucharla llorar, Cristian le dijo: “mamá no se preocupe que estoy bien”.

Aparentemente solo tenía lesiones en la cara, pero las piedras le habían dañado el bazo y un riñón sin romperle la piel.

Foto: La Prensa

Forman una familia pobre pero feliz.
Un vecino ayudó a la mujer a trasladar al cipote al hospital de El Progreso, donde fue operado de emergencia. Apenas salió de la anestesia le dijo a su profesora Irene Henríquez que lo visitaba: “Profesora, vamos para el Congreso”. La maestra lloró al ver su coraje. No lo pudo hacer cambiar de idea. A la semana Cristian estaba sentado en su curul todavía con los puntos de la operación sin retirar.

Cuando los diputaditos visitaron al presidente Juan Orlando Hernández, este se dirigió a Cristian diciéndole: “Jóvenes así quiere la Patria”.