San Pedro Sula, Honduras.
Cuando se dirigía al salón de belleza adonde trabaja desde hace cinco años como estilista, Claudia Villafranca fue obligada a bajar del rapidito por un grupo de conductores y ayudantes que cubren la ruta del sector Chamelecón.
“No entiendo por qué hacen esto, a uno como usuario es que lo perjudican. A saber a qué horas voy a llegar al trabajo”, reclamó la joven, quien al igual que muchos de los usuarios tuvo que caminar varios kilómetros en busca de otra alternativa de transporte.
Villafranca es solo una de cientos de ciudadanos que fueron afectados ayer con el paro de transporte que comenzó con más de 80 unidades de Chamelecón y más tarde por la mañana se extendió a otras rutas de Cofradía, San Manuel, Pinalejo, Potrerillos, Villanueva y Pimienta.
En la protesta que comenzó a las 4:00 de la mañana en el bulevar del sur, cerca de Chamelecón, los conductores y ayudantes de buses y rapiditos pidieron que la Dirección Nacional de Tránsito no les exija cambiar de licencia liviana a pesada; asimismo, reclamaron un alto al constante decomiso de licencias y multas interpuestas por los agentes, ya que aseguran sentirse “acosados”.
“Piden muchos requisitos para pasar la licencia de liviana a pesada. Aquí hay muchos jóvenes que comienzan a manejar y que son buenos. Dejen trabajar a la gente”, dijo el conductor Anael Medrano.
Medrano se refiere a que cambiar la licencia de liviana a pesada significa que los conductores tienen que cumplir con los siguientes requisitos: una edad mínima de 25 años, por lo menos cinco años de experiencia en vehículos livianos, además de haber cursado al menos educación primaria completa, constancia de antecedentes penales, constancia de antecedentes policiales, entre otros.
José Alberto Chávez expresó que piden que no les cancelen las licencias por seis meses luego de cometer dos faltas graves, como establece la ley.
“Queremos llegar a un acuerdo, pero ellos (Tránsito) no quieren”. Los conductores mostraron varias de las esquelas que les han hecho por cometer dos faltas graves.
Cuando se dirigía al salón de belleza adonde trabaja desde hace cinco años como estilista, Claudia Villafranca fue obligada a bajar del rapidito por un grupo de conductores y ayudantes que cubren la ruta del sector Chamelecón.
“No entiendo por qué hacen esto, a uno como usuario es que lo perjudican. A saber a qué horas voy a llegar al trabajo”, reclamó la joven, quien al igual que muchos de los usuarios tuvo que caminar varios kilómetros en busca de otra alternativa de transporte.
Villafranca es solo una de cientos de ciudadanos que fueron afectados ayer con el paro de transporte que comenzó con más de 80 unidades de Chamelecón y más tarde por la mañana se extendió a otras rutas de Cofradía, San Manuel, Pinalejo, Potrerillos, Villanueva y Pimienta.
En la protesta que comenzó a las 4:00 de la mañana en el bulevar del sur, cerca de Chamelecón, los conductores y ayudantes de buses y rapiditos pidieron que la Dirección Nacional de Tránsito no les exija cambiar de licencia liviana a pesada; asimismo, reclamaron un alto al constante decomiso de licencias y multas interpuestas por los agentes, ya que aseguran sentirse “acosados”.
| En los bulevares del este y sur, los motoristas y ayudantes se tomaron las calles y obligaron a los otros conductores a bajar a los usuarios, quienes tuvieron que caminar en busca de otras alternativas.
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Medrano se refiere a que cambiar la licencia de liviana a pesada significa que los conductores tienen que cumplir con los siguientes requisitos: una edad mínima de 25 años, por lo menos cinco años de experiencia en vehículos livianos, además de haber cursado al menos educación primaria completa, constancia de antecedentes penales, constancia de antecedentes policiales, entre otros.
José Alberto Chávez expresó que piden que no les cancelen las licencias por seis meses luego de cometer dos faltas graves, como establece la ley.
“Queremos llegar a un acuerdo, pero ellos (Tránsito) no quieren”. Los conductores mostraron varias de las esquelas que les han hecho por cometer dos faltas graves.
Pasadas las 10:00 am, la Policía de Tránsito desalojó a los manifestantes con bombas lacrimógenas, ya que estaban obstaculizando el tráfico vehicular en ambos carriles de la salida del sur.
Luego el paro se amplió a algunas rutas como la 1, 2, 4 y 7.
Por la tarde, un grupo de motoristas y ayudantes se apostaron frente a las oficinas de Tránsito en el bulevar del este y quemaron llantas y amenazaron con hacer un disturbio mayor. También comenzaron a exigir a otros conductores de buses, rapiditos y taxis que cubren las rutas del sector Rivera Hernández y Céleo Gonzales que bajaran a los pasajeros.
Ante esto, un grupo de policías se desplazó al lugar para evitar que nuevamente el tráfico se viera afectado. Aquí se produjeron forcejeos y golpes entre los conductores y policías. “La ley establece la cancelación de licencias por dos faltas graves. Ellos dicen que antes no se aplicaba la ley, bueno, ahora sí se aplica”, aseveró Jorge Rodríguez, titular de Tránsito.
A las cinco de la tarde, los disturbios habían terminado y el servicio de transporte ya cubría normalmente sus rutas, constataron periodistas de LA PRENSA.
