Tegucigalpa, Honduras.
Las ofrendas siguen llegando al altar de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras. Ayer, unos 500 militares se despojaron del armamento de guerra y revistieron sus corazones de fe para honrar a la capitana general de las Fuerzas Armadas.
Los soldados de los diferentes batallones y comandos de la fuerza castrense se doblegaron ante la fuerza de intercesión de La Morenita ante el Altísimo para pedir su amparo en las misiones de seguridad y resguardo de la soberanía nacional. Fue en la eucaristía cuando los soldados y los integrantes del alto mando del Ejército mostraron su fe y devoción al llevar ante el altar su indumentaria, equipo y vestiduras como plegaria de protección.
“Gracias a María aprendimos a decir sí a todos los retos que por nuestro pueblo cumplimos con abnegación. Reconocemos que si no tenemos a Cristo, no alcanzaremos nuestras metas”, manifestó Francisco Álvarez, jefe del Estado Mayor Conjunto.
Mensaje
Durante su homilía, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, monseñor Juan José Pineda, instó a los presentes a educar en la justicia al pueblo para alcanzar la tan anhelada paz.
“Sé que no estamos en guerra, pero también puedo afirmar que en Honduras no estamos en paz”, afirmó. “Ya no voy a tratar, por quinta vez, desde este ambón, el tema del desarme, porque ya veo que a los que les corresponde esa regulación, por lo menos en estos cinco años de clamor, no han asumido su responsabilidad”, fustigó.
“Con todo respeto a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, al presidente de la república y su gabinete, a la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía: ustedes no son suficientes para que en Honduras haya paz y justicia. Eso es tarea de todos y todas. Y si alguien no lo entiende así, está destruyendo a nuestro país con su actitud”, afirmó.
El prelado instó a la población a educarse en la justicia, combatir la desigualdad y vivir en austeridad.
Las ofrendas siguen llegando al altar de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras. Ayer, unos 500 militares se despojaron del armamento de guerra y revistieron sus corazones de fe para honrar a la capitana general de las Fuerzas Armadas.
Los soldados de los diferentes batallones y comandos de la fuerza castrense se doblegaron ante la fuerza de intercesión de La Morenita ante el Altísimo para pedir su amparo en las misiones de seguridad y resguardo de la soberanía nacional. Fue en la eucaristía cuando los soldados y los integrantes del alto mando del Ejército mostraron su fe y devoción al llevar ante el altar su indumentaria, equipo y vestiduras como plegaria de protección.
“Gracias a María aprendimos a decir sí a todos los retos que por nuestro pueblo cumplimos con abnegación. Reconocemos que si no tenemos a Cristo, no alcanzaremos nuestras metas”, manifestó Francisco Álvarez, jefe del Estado Mayor Conjunto.
Mensaje
Durante su homilía, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, monseñor Juan José Pineda, instó a los presentes a educar en la justicia al pueblo para alcanzar la tan anhelada paz.
“Sé que no estamos en guerra, pero también puedo afirmar que en Honduras no estamos en paz”, afirmó. “Ya no voy a tratar, por quinta vez, desde este ambón, el tema del desarme, porque ya veo que a los que les corresponde esa regulación, por lo menos en estos cinco años de clamor, no han asumido su responsabilidad”, fustigó.
“Con todo respeto a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, al presidente de la república y su gabinete, a la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía: ustedes no son suficientes para que en Honduras haya paz y justicia. Eso es tarea de todos y todas. Y si alguien no lo entiende así, está destruyendo a nuestro país con su actitud”, afirmó.
El prelado instó a la población a educarse en la justicia, combatir la desigualdad y vivir en austeridad.
