La Ceiba. Sus aguas cristalinas y su fuerte caudal hacen del río Cangrejal el lugar perfecto para la práctica de aventuras extremas. Hasta los menos osados se sienten atraídos por experimentar esas emociones que superan el límite y que solo aquí se pueden encontrar.
La cuenca del Cangrejal ofrece sus bondades naturales y abre sus entrañas a nacionales y extranjeros que buscan vivir al límite experiencias extremas.
Sus aguas son una invitación permanente en todo el año para la práctica del rafting y kayak, pero nunca son mejores como diciembre, que con su clima frío y la llegada de turistas canadienses marcan una temporada alta en esta zona de Honduras.
Inicia temporada alta
En esta época las precipitaciones fluviales favorece el incremento del caudal.
Sus corrientes cobran fuerza y rapidez abriéndose paso por estrechos descuidados por las rocas, provocando una leve furia en sus aguas, que le dan un verdadero sentido a esta aventura.
El río ofrece seis kilómetros de trayecto para la práctica de deportes extremos.
“Es un trayecto lleno de aventuras. El recorrido dura unas dos horas y media, y la emoción y la adrenalina se suben en cada rápido que pasamos”, dice Víctor Hernández, guía de Mosquitia Ecoaventuras, una de las más de tres touroperadoras que ofrecen esta diversión en la Cuenca del Cangrejal. La ruta está marcada por pozas cristalinas, cascadas y corrientes estrechas entre grandes rocas que se convierten también en retos y obstáculos necesarios para encontrar esas emociones que hacen gritar y subir la adrenalina a los que se avientan en este destino.
“El rafting es una de las aventuras extremas que ofrece La Ceiba, aquí llegan turistas de diferentes niveles, y también preparados. A los que vienen por primera vez les quitamos esos nervios; pero antes les damos una charla sobre esta práctica y lo que van a experimentar”, explicó Herminio Zúniga, guía naturalista y expedicionista.
“La persona experimenta una sensación de vértigo, que hace que el cuerpo produzca adrenalina”, dijo el experto. Turistas canadienses, estadounidenses, europeos, japoneses y centroamericanos llegan hasta esta reserva natural cerca de La Ceiba.
También la práctica del canopy, camping y caminatas por senderos son opciones que encuentran los turistas. En este lugar la vida urbana desaparece. Las cabañas, los remos, las balsas, más el canto de aves y el are fresco, dan paso a una estadía verde, placentera y tranquila.
Entre árboles, rocas y aguas cristalinas, el río Cangrejal también es fuente de vida para animales en peligro de extinción.
Sus arrollos nacen del Parque Nacional Pico Bonito y la cordillera de Nombre de Dios. Sus corrientes dividen esta reservas naturales donde la vida animal y la vegetal son otras de las atracciones que invitan a los turistas a explorar.
La oferta de alojamiento es muy variada; hay lugares para acampar, casa huésped, comunitarios para compartir con la gente local, cabañas comunitarias (de madera), “beds & breakfast” e incluso hoteles únicos y exclusivos.
