A sus 60 años de edad permaneció a la deriva en alta mar aferrado a su lancha y confiando en que su acompañante llegara a tierra y regresara a rescatarlo.
Don César Nolasco nunca perdió la esperanza, después de más de tres horas flotando en el mar, unas luces que divisó a lo lejos, le indicaron que el regreso a casa estaba cerca. Eran las 8:50 pm del martes cuando el sexagenario regresaba a la playa de la cual había zarpado a primeras horas del día. Con su rostro bañado en lágrimas, lo primero que hizo fue dar gracias a Dios por haberlo sacado con vida de la angustiosa faena.
Don César y Carlos Banegas (26), salieron a pescar la madrugada del martes. Luego de faenar todo el día, a eso de las 5:30 pm, fueron sorprendidos por el fuerte oleaje que causó el volcamiento de la lancha en que se transportaban, cuando estaban a dos millas de La Ceiba.
Banegas decidió salir en busca de ayuda mientras que don César quedaba a la deriva aferrado a la lancha que aun flotaba en el mar entre Utila y La Ceiba.
Dramático rescate
El esfuerzo humano, la solidaridad, el heroísmo y la perseverancia fueron elementos que se combinaron para que la aventura tuviera un final feliz.
La noche empezaba a caer cuando Banegas, con ocho años de experiencia y marino de nasas se enfrentó a la experiencia más aterradora de su vida.
Armado de coraje y valentía nadó por más de una hora y media en busca de ayuda, “nadé sobre el tanque de la gasolina hasta que divisé a unos pescadores y les empecé a gritar pidiendo ayuda, afortunadamente ellos me escucharon y me llevaron hasta La Ceiba a pedir ayuda al Cuerpo de Bomberos para ir a rescatar a don César, quien por su edad no pudo nadar conmigo”, dijo el valiente joven.
La pesca ese día había sido abundante, pero los pescadores lo perdieron todo, entre ellos motor de 40 caballos que impulsaba la lancha. “Lo importante es que estamos vivos, yo lo que más pensé fue en mi familia y en Dios; fue algo horrible”, expresó Banegas. Los familiares y vecinos de la colonia Pineda donde residen los pescadores, se congregaron en la playa mientras el equipo de rescate se lanzaba al mar. La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) proporcionó un reflector de luz en la playa Sea View que sirvió como señal para los rescatistas.
Luego de un par de horas, los bomberos, pescadores y vecinos regresaban con don César y su lancha ante los gritos de alegría de parientes y vecinos. “Gracias a Dios estoy vivo, es la primera vez que me pasa esto”, decía con palabras entrecortadas por la emoción don César.
“Desde horas de la mañana nos fuimos y me iba a venir hasta mañana (hoy), pero debido a que el mar estaba muy fuerte decidimos venirnos, pero cuando íbamos llegando a la entrada de la barra, el motor de la lancha se apagó y luego se llenó de agua, provocando que nos diéramos vuelta”, relato el sexagenario.
Vuelven al mar
A pesar de haber estado cerca de la muerte estos osados pescadores aseguran que volverán al mar que ha sido el lugar de trabajo de toda su vida.
“Tenemos que volver, es nuestro trabajo con el que sostenemos a la familia, vamos a seguir pescando pero con más cuidado”, manifestó don César. Luis Núñez, miembro del Cuerpo de Bomberos de La Ceiba, se mostró complacido de haber ayudado al rescate del náufrago. “Hicimos el trabajo junto a otros pescadores que conocen muy bien la zona y gracias a Dios se rescataron sanos y salvo y ahora están ya con sus familiares”, expresó.
