El debate en torno a la reducción de las tasas de interés de las tarjetas de crédito fue escalado hoy a nuevas alturas tras la denuncia presentada por el presidente Juan Orlando Hernández.
El mandatario refirió que el malestar de los bancos por la petición de analizar una baja más significativa a la propuesta la semana anterior, los ha llevado incluso a amenazar con la no prestación de estos servicios a ciertas personas, como medida de represalia.
“Existen empresas de tarjetas de crédito que amenazan con quitarle los créditos a la gente si se les bajan los intereses a las ganancias... Yo no quiero que tomen este tema como de enemistades, sino que es un tema de justicia”, remarcó”.
El presidente envió un mensaje a los bancos, preguntándoles qué margen de ganancia les parecería aceptable y advirtiéndoles sobre el peligro que suponen los altos intereses de las tarjetas, los que en el largo plazo atentan contra su propio negocio, indicó el mandatario.
'Hay una amenaza velada de parte de alguna gente de las instituciones financieras de suspender créditos a las personas por este tema de las tarjetas de crédito... ¡Por Dios santo! Eso no puede ser', dijo. Y agregó que: '(los banqueros) no son indispensables. Hay otros que lo pueden hacer'.
Nuevos jugadores
Hernández agregó que “los bancos tarjeteros” no son los únicos que pueden prestar este servicio a la población y dejó abierta la posibilidad de crear las condiciones para atraer nuevos actores al mercado de tarjetas hondureño, incrementando la competencia y ayudando con ello a mantener bajas las tasas de interés.
De las negociaciones entre la banca y una comisión del Congreso Nacional, realizada la semana pasada, resultó un acuerdo para reducir las tasas de interés en 19%, pero el mismo no satisfizo al mandatario, quien advirtió su intención de ejercer su poder de veto si este acuerdo no era revisado e incrementado el porcentaje de reducción de las tasas.
Este desarrollo de los acontecimientos provocó al parecer la reacción adversa de la banca, motivando las represalias a las que hizo alusión el presidente Hernández.
“Quiero ser claro en algo: me ha sorprendido, como lo dije esta mañana, por diferentes fuentes de la industria de las tarjetas de crédito que están prácticamente amenazando de que, si se les reduce sus parámetros con los que ellos han venido viviendo, y digo a sus anchas teniendo los mejores rendimientos de la región, entonces, dicen, se les va a quitar la oportunidad de esos créditos a la gente”, acotó.
Llamado a la justicia
Hernández indicó que lo que se está reclamando es lo justo y lo prudente, y en ese sentido afirmó que cree que el Congreso Nacional debe de definir un parámetro bien claro de cuánto es lo “justo” en términos de rendimiento que ese dinero va a generar.
“La empresa privada, a mi criterio, sigue siendo un motor extraordinario en el mejoramiento de las condiciones de vida de un país, por la vía de generación de riqueza. Pero esa riqueza cuando ya se traduce en cantidades estratosféricas genera un enorme daño a la economía de un país”, apuntó.
