28/05/2024
12:55 AM

'No basta con lamentarnos, urge un cambio de conducta”

Miles de feligreses acompañaron el viacrucis en San Pedro Sula a pesar de las altas temperaturas. La Iglesia llamó a trabajar unidos para proteger la tierra y ser solidarios

    San Pedro Sula, Honduras

    Sus 80 años y los más de 30 grados de temperatura no fueron obstáculo para que doña Marina García reviviera con una impresionante fe el camino de Jesús al Calvario.

    Lleva más de 35 años participando en la procesión y llega a la catedral sampedrana puntual para comenzar el recorrido.

    Sale de su casa desde la colonia Satélite en la madrugada y camina hasta el centro para cumplir fiel a la tradición.

    3 horas
    Duró el viacrucis en la ciudad. Recorrió la 1 calle, la 7 calle, pasando por el María Auxiliadora y luego a la catedral, en donde por la tarde se llevó a cabo el Santo Entierro

    De rodillas y con un fervor desbordante escuchaba junto a centenares de feligreses el mensaje del párroco Glenis Mejía, quien dijo que el viacrucis de 2018 se realizaba en el contexto de la crisis ecológica que vive el mundo y de la cual Honduras no es la excepción.

    El sacerdote rememoró el mensaje del papa Francisco, quien dijo que salvar el planeta es salvar a los pobres. “Ellos son las principales víctimas de los daños por la destrucción de la naturaleza y de la contaminación de las aguas”, agregó.

    La fe pudo más que las altas temperaturas. En todas las representaciones de las 15 estaciones estuvieron presentes los mensajes ambientales.

    La ruta del dolor

    En la primera estación se recordó cuando Jesús es condenado a muerte y se llamó a ser misericordiosos con la madre tierra y con nosotros mismos. Un grupo de jóvenes representaba a los defensores del ambiente que son asesinados y condenados.

    Los católicos siguieron con la segunda estación y doña Marina de rodillas repetía “Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos que por tu santa cruz redimistes al mundo”, así se recordó cuando Jesús cargó con la cruz y se pidió sabiduría para devolver la obra de arte que es la tierra que habitamos.

    Entre cantos y rezos se revivió la tercera estación donde Jesús cayó por primera vez y nos recordó que en la vida se tienen muchos tropiezos y Jesús nos apoya para levantarnos.

    El mensaje es para que tomemos conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, producción y de consumo para poder seguir viviendo en el planeta Tierra. La procesión recorrió la primera calle y luego tomó la avenida Júnior, donde representaron la cuarta estación; un grupo de jóvenes recordó el momento de cuando Jesús se encontró a su madre. Ahí el sacerdote oró para que protejamos, defendamos y cuidamos todas las cosas creadas por Dios.

    El obispo Ángel Garachana y el párroco, Glenis Mejía encabezaron la procesión. Personas de todas las edades revivieron el camino al Calvario.

    Camino al Calvario

    La solidaridad fue recordada en la quinta estación donde el cireneo ayudó a Jesús a cargar la Cruz. La reflexión es para que trabajemos unidos para cuidar el ambiente. La feligresía siguió su ruta por la siete calle donde se personificaron varias estaciones: Cuando la Verónica limpia el rostro de Jesús, cuando Jesús cayó por segunda vez y la octava estación que fue representada por niños y jóvenes y recordó cuando Jesús se encontró a las mujeres.

    El mensaje fue contundente: “Lamentarse no basta, es urgente un cambio de conducta”. Así siguieron las estaciones hasta que el viacrucis finalizó en la catedral, donde el obispo Ángel Garachana reflexionó y expresó que este año se unió al viacrucis no solo el sufrimiento de los pobres, sino también el deterioro de la creación inspirados por el papa Francisco.“El ser humano, con su actitud, destroza la tierra, la casa que Dios creó, además de crear injusticia y sufrimiento”. Garachana hizo un llamado a una “conversión profunda del corazón para construir una sociedad nueva y cuidar este planeta que es nuestra casa” para “no entregarla deteriorada a las siguientes generaciones”.

    Los sampedranos, una vez más demostraron el fervor y la devoción en la Semana Mayor. Adultos, jóvenes y niños participaron en la procesión y al igual que doña Marina consideran que solo Dios con su bondad puede ayudar a crear conciencia para salvar a la madre Tierra y solo unidos podemos lograrlo.

    La Policía Nacional y Municipal dieron seguridad durante las procesiones, lo que fue reconocido por la feligresía.