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Ir a Marte, el nuevo reto

  • 11 julio 2011 /

El Atlantis se acopló con éxito a la Estación Espacial Internacional.

El Atlantis protagonizó ayer la última conexión espacial de la era de los transbordadores, al acoplarse con éxito a la Estación Espacial Internacional, EEI, y abrir paso a sus cuatro tripulantes a la misión final en el programa de la NASA.

“El Atlantis ha llegado a la Estación Espacial Internacional por última vez”, dijo el estadounidense Ron Garan, uno de los tres astronautas que habitan el complejo espacial, cuando se produjo el ensamblaje a las 15.07 GMT.

“Es genial estar aquí”, respondió el comandante de la última misión del transbordador, Christopher Ferguson, desde la nave suspendida a unos 386 kilómetros sobre la costa este de Nueva Zelanda.

Poco antes, Ferguson había puesto la guinda a los dos días de vuelo del Atlantis con una espectacular voltereta hacia atrás, para que los astronautas pudieran tomar imágenes de la EEI con sus cámaras y comprobar que la carcasa exterior del complejo no presenta daños.

La histórica misión, la número 37 que recibe la EEI, preparará el complejo orbital para el fin de la era de los transbordadores, con un total de 4 toneladas de comida, ropa y equipos necesarios para mantener la estación espacial durante un año.

Una vez que se abrieron las compuertas entre los dos complejos, a las 16.47 GMT, comenzó una de las ceremonias de bienvenida más emotivas que se recuerdan en la EEI.

“No diré que estuve a punto de llorar, pero sí que fue un momento muy poderoso para mí”, dijo desde el control de la misión en Houston (Texas) el director de vuelo del Atlantis, Kwatsi Alibaruho.

La emoción fue perturbada poco después por las noticias del Departamento de Defensa de que un cúmulo de basura espacial podría acercarse demasiado a la estación espacial el martes hacia el mediodía, cuando los astronautas tienen planeada una caminata espacial.

Experimentos en la EEI

Además del cargamento necesario para abastecer a la EEI, el Atlantis también lleva al laboratorio del complejo un experimento para desarrollar vacunas contra enfermedades gastrointestinales como la de la salmonella, para abrir una fase de investigación sobre el comportamiento de esas bacterias en condiciones de microgravedad.

El transbordador lleva además el experimento Robotic Refueling Mission, RRM, diseñado para demostrar y probar herramientas, tecnologías y técnicas para reabastecer mecánicamente a los satélites en el espacio.

La tripulación, completada por el piloto Dough Hurley y los especialistas Sandra Magnus y Rex Walheim, pasará una semana en la EEI, en una misión de 12 días que la NASA se plantea extender a 13. Desde su despegue el viernes en Cabo Cañaveral, Florida, hasta el 20 de julio, cuando está previsto que regrese al Centro Espacial Kennedy, ha podido palparse la emoción por el final de una era en la que la NASA ha completado más de 130 viajes al espacio.

“Ánimo a los estadounidenses a que escuchen al Presidente. Él ha marcado los objetivos: llegar a un asteroide en 2025 y a Marte en 2030. Eso es lo más definitivo que puedo decir”, dijo el administrador de la NASA, Charles Bolden.