Conocido como Nacho Williams, el empresario se destaca en el área de la construcción y urbanización, pero también es el presidente de la Superintendencia de Concesiones de Honduras. Su abuelo fue vicepresidente del país y su padre diputado dos veces en el Congreso Nacional. Asegura que el mayor legado que le dejó es el trabajo. Comenzó a trabajar desde los 16 años y formó su primera empresa a los 26. Se considera un emprendedor y generador de empleo.
Nací en Tegucigalpa, pero vivíamos en Choluteca. Me eduqué en el sur hasta los 16 años en el Goretti. Mi juventud fue buenísima, linda en la hacienda Gualiqueme de mi padre.
En las temporadas de vacaciones trabajaba, lo hice en una melonera para ganarme un poco de dinero e ir a pasear a las ferias. Corté melón y algodón.
Éramos cinco, falleció uno de mis hermanos el año pasado, un asesinato en su hacienda. Soy el segundo. Mi madre vive y mi papá falleció hace siete años.
De Gales, soy quinta generación del apellido. La calle principal de Choluteca lleva nuestro apellido y se debe a Vicente Williams Domínguez que fue presidente del Congreso Nacional.
Sí, mi abuelo fue vicepresidente de Honduras por 16 años, Abraham Williams Calderón. Después fue candidato a la Presidencia por el reformismo.
Mi papá fue diputado dos veces en tiempos de Monchito Cruz y Azcona Hoyo. Y mi tío Vicente Williams fue vicepresidente en el Gobierno de Ricardo Maduro.
Hemos sido ganaderos y agricultores. Mi abuelo tenía dos haciendas y mi papá Emilio Williams le siguió. Nosotros nos dedicamos a la hotelería y negocios de desarrollo urbano. Tenemos tres proyectos de vivienda y un parque industrial.
Soy ingeniero civil graduado de la Unah. Siempre tuve inquietud por el desarrollo, mover los terrenos de mi padre.
A los 18 años y formé mi primera empresa a los 26. Fue ahí que decidí independizarme, venía trabajando para contratistas asociados y para un grupo que hacía camaroneras en el sur.
Es un polo interesante. Mueve más de 14% del PIB nacional. Tenemos un parque industrial desde hace ocho años y hemos logrado colocar clientes de exportación.
Hubo un parón en el mercado internacional y un problema político en el país; sin embargo, logramos transformar un poco a procesamiento de camarón, marañón, oro, y ahora tenemos un parque industrial diversificado.
Unas 400 personas. Nació para parar la fuga de maquilas que iban para Nicaragua, y un grupo de inversionistas como los Canahuati querían evitarlo. Así empezamos.
Hay muchas probabilidades con el Plan 20/20 que generará inversión. Hay mucho potencial en Choluteca y es de volver a retomar el proyecto.
Las transformaciones que ha hecho el presidente Juan Orlando Hernández y del Congreso Mauricio Oliva han sido fuertes. Se siente y se ve el desarrollo.
Hay que apoyarlo con buenos productos financieros y con incentivos para que puedan entrar al campo y de esa manera generar empleo.
Comayagua y El Progreso. Hay que buscar actividades productivas que generen más empleo.
Lo preocupante son las decisiones que pueda tomar Washington D.C. porque dependemos mucho de la política de Estados Unidos. Le quieren poner impuesto a todo, sacar a la gente, y esa es la amenaza más grande.
En el tema de la macroeconomía yo lo veo bien, el país va en desarrollo, va caminando a un desarrollo formal, exitoso, pero no necesariamente tiene que ser tan rápido.
Se ha hecho un esfuerzo enorme. Hay patrullas nuevas, guardias y policías nuevos y está lo de la depuración. El problema que tenemos grave es una raíz bien penetrada. Las acciones que han tomado son correctas, pero se necesita mucho más.
Parece que los coreanos han hecho un estudio y esperemos que funcione. Siempre es necesario hacer proyectos pilotos antes de hacer algo tan grande.
Era un hombre muy honrado, transparente, decía las cosas de frente. Fue muy riguroso en los tiempos de colegio, cuando me gradué nos hicimos grandes amigos.
Muy bien, Hacienda Gualiqueme es lo mejor del sur. Tenemos 23 años de trabajarlo.
No, hay bastante que hacer en Honduras y no hay necesidad de salir. Hay tanto potencial, nuestro grupo está en seis ciudades del país.
Nunca hemos tenido problemas con un trámite sin importar el Gobierno.
Soy el presidente de los tres superintendentes, regulamos los contratos de concesión que nos otorga Coalianza.
No, ninguna concesión se ha cancelado, y esto da mucho respeto a la inversión extranjera. Hacemos observaciones a contratos.
Sí funcionan, hay más de 1,800 millones de dólares en contratos concesionados. El Gobierno solo no podría ejecutarlos, imposible.
Costaría mucho dinero, sería un problema jurídico para el Gobierno.
