San Pedro Sula, Honduras.
En la sala de neonatos del hospital Mario Rivas ya funciona el laboratorio de nutrición parenteral, en donde se crean las fórmulas para alimentar a los bebés prematuros.
La nutrición parenteral consiste en la provisión de nutrientes necesarios para el crecimiento del recién nacido mediante infusión por la vía venosa, explicó Ledy Brizio, directora del centro asistencial, quien agregó que el nuevo laboratorio tiene un área completamente estéril y con profesionales de la nutrición debidamente capacitado.
El laboratorio cuenta con una computadora en la que se programa la cantidad de nutrientes que requiere cada paciente y la fórmula es preparada en una máquina con una luz que esteriliza.
En la sala hay una doctora en química y farmacia que hace las preparaciones y una nutricionista que revisa los nutrientes que el paciente requiere.
“Este tipo de alimentación cuando se compra a nivel privado cuesta entre 3,800 y 4,000 lempiras, es un costo elevadísimo para nosotros como hospital y estamos comprando hasta 30 raciones, dependiendo de la cantidad de pacientes que haya en la sala de neonatos”, expresó la doctora.
Agregó que con la implementación de esta alimentación se ha disminuido la morbimortalidad en los pacientes neonatos.
“Sobre todo en aquel neonato que tiene que estar en reposo posterior a una cirugía grande. Hemos mejorado mucho con proveerles la nutrición parenteral. A nivel público, en la zona noroccidental, seremos el primero que vamos a tener”, dijo la funcionaria.
En la sala de neonatos del hospital Mario Rivas ya funciona el laboratorio de nutrición parenteral, en donde se crean las fórmulas para alimentar a los bebés prematuros.
La nutrición parenteral consiste en la provisión de nutrientes necesarios para el crecimiento del recién nacido mediante infusión por la vía venosa, explicó Ledy Brizio, directora del centro asistencial, quien agregó que el nuevo laboratorio tiene un área completamente estéril y con profesionales de la nutrición debidamente capacitado.
El laboratorio cuenta con una computadora en la que se programa la cantidad de nutrientes que requiere cada paciente y la fórmula es preparada en una máquina con una luz que esteriliza.
En la sala hay una doctora en química y farmacia que hace las preparaciones y una nutricionista que revisa los nutrientes que el paciente requiere.
“Este tipo de alimentación cuando se compra a nivel privado cuesta entre 3,800 y 4,000 lempiras, es un costo elevadísimo para nosotros como hospital y estamos comprando hasta 30 raciones, dependiendo de la cantidad de pacientes que haya en la sala de neonatos”, expresó la doctora.
Agregó que con la implementación de esta alimentación se ha disminuido la morbimortalidad en los pacientes neonatos.
“Sobre todo en aquel neonato que tiene que estar en reposo posterior a una cirugía grande. Hemos mejorado mucho con proveerles la nutrición parenteral. A nivel público, en la zona noroccidental, seremos el primero que vamos a tener”, dijo la funcionaria.
