29/04/2024
11:41 AM

Honduras necesita ser reconciliada y pacificada

El llamado es para que todos dediquen un tiempo a revivir la pasión y muerte de Jesús.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Honduras necesita volver los ojos y el corazón a Jesucristo, y en esta Semana Santa tenemos la oportunidad de hacerlo, dijo el obispo Ángel Garachana en el tradicional mensaje de Cuaresma. El obispo, junto al padre Luis Estévez, encargado de medios de la diócesis, enviaron a los sampedranos un mensaje recordando que lo que más necesitamos las personas es ser amadasm y lo mejor que podemos hacer es amar de corazón, con obras y de verdad.

    Monseñor Garachana destacó que la Semana Santa es un tiempo extraordinario para contemplar, agradecer y acoger el amor de Jesucristo a cada uno de nosotros, amor llevado a la plenitud en los acontecimiento últimos de su vida: en su pasión, muerte y resurrección.

    Enfatizó que Honduras necesita volver los ojos y el corazón a Jesucristo, levantado en la cruz y glorificado por el Padre, para ser reconciliada, pacificada, justificada y sanada, para avanzar decididamente por los caminos del amor que acoge, comprende, dialoga, busca el bien de los demás, respeta y promueve el valor sagrado de la vida humana.

    El también presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras explicó el significado de los días santos que comienzan con el Domingo de Ramos. “El Domingo proclamamos el señorío de Jesucristo ejercido desde el amor humilde, manso y pacífico, servicial en medio del pueblo, y no desde el poder arrogante, dominador y aprovechado. Mientras que en el Jueves Santo nos sentamos como hermanos en la mesa del Señor para revivir su Última Cena y al compartir el pan de vida pensamos en tantos hondureños que viven en pobreza extrema, que pasan necesidad, que carecen del alimento de cada día y nos comprometemos a trabajar solidariamente para que a todos lleguen los medios que hagan posible una vida digna de hijos de Dios.

    “La vigilia del Sábado Santo y el Domingo de Resurrección nos recuerdan que la vida de quien ama no termina en fracaso. Jesús optó por un amor sin medida, a Dios Padre y a los hombres”, dijo. El amor vence al odio y la paz a la violencia, el perdón sana las heridas y acerca a los alejados, la verdad desenmascara a la corrupción y nos hace libres, la vida triunfa sobre la muerte, concluyó el obispo.