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Google y Microsoft ven un negocio en las favelas

  • 29 septiembre 2014 /

Más de 85% de los aproximadamen­te 1,5 millones de residentes de fa­velas de Rio tienen ahora celulares, y más de la mitad accede a Internet de manera regular.

Río de Janeiro, Brasil.

Por déca­das, las favelas que albergan a casi un cuarto de la población de esta ciudad no existían en los ma­pas de Rio.

Las autoridades consideraban los asentamientos humanos infor­males como barrios peligrosos y poco estéticos y se rehusaban a enviar cartógrafos o proveer di­recciones oficiales. Sin embargo, los frustrados residentes empeza­ron a trazar ellos mismos mapas de sus comunidades, con la espe­ranza de presionar al gobierno para que les suministrara más servicios públicos.

Ahora, esos esfuerzos están siendo impulsados por dos de las empresas de tecnología más gran­des del mundo. En los últimos me­ses, Google Inc. y Microsoft Corp. han iniciado esfuerzos de mapeo en varias favelas de Rio. Apoyán­dose en gran medida en grupos co­munitarios, las empresas planean marcar en mapas desde callejones serpenteantes y estrechos hasta micronegocios.

“El poder de colocar (favelas) en el mapa y darles una presen­cia global es realmente importan­te para abrirlas e integrarlas a la ciudad”, dice Esteban Walther, director de marketing de Google para América Latina.

También es una iniciativa po­tencialmente lucrativa. Algunos grupos locales se quejan de que las empresas están explotando sus esfuerzos, usando las bases de datos de negocios locales que ellos armaron con la esperanza de gene­rar ganancias.

De lo que no hay duda es que las favelas de Brasil, conocidas alguna vez por la delincuencia y el caos, se han convertido en una oportunidad económica.

Programas sociales y un auge de las materias primas han sacado a decenas de millones de brasileños de la pobreza en la última década. Más de 85% de los aproximadamen­te 1,5 millones de residentes de fa­velas de Rio tienen ahora celulares, y más de la mitad accede a Internet de manera regular, según Google.

Llegar a este tipo de consumi­dores y otros en ascenso en la esca­la social en el mundo en desarrollo es vital a medida que los merca­dos de Estados Unidos y Europa maduran. Las compañías de tec­nología aún trabajan en maneras de monetizar sus herramientas de mapas, pero atraer a usuarios les brinda una mejor oportunidad de explotar los datos de los clientes, mostrarles publicidad y venderles aplicaciones. “Muchas compañías están haciendo esto porque saben que allí hay clientes y que ya no están excluidos del sistema eco­nómico de Brasil”, señala Ronal­do Lemos, director del Instituto de Tecnología y Sociedad de Rio de Janeiro. “Es un buen negocio hacer mapas de las favelas”.

En Rio, Microsoft trabaja con organizaciones y autoridades locales para mapear dos favelas —Vidigal y Maré—, según Lucio Tinoco, jefe del departamento del motor de búsqueda Bing, de Microsoft, en Brasil.

Empleados y voluntarios de los grupos comunitarios locales reco­rren las calles de las favelas con smartphones en mano, ingresan puntos de interés como colegios, tiendas y panaderías, y cargan las coordenadas a la base de datos de Bing.
Tinoco dice que la compañía as­pira a llenar los “agujeros negros” que hoy en día ven los usuarios mó­viles cuando hacen búsquedas en estos barrios. El proyecto es bueno para los residentes y las finanzas de Microsoft, añade. “A medida que generamos más usuarios en línea, por supuesto que obtenemos más publicidad”, agrega.

Microsoft planea mapear alre­dedor de 40 favelas en Rio para fin de año, y quiere expandir el proyec­to a otros países en desarrollo.

El proyecto de Google es si­milar. La empresa trabaja en tres favelas —Rocinha, Caju y Vidi­gal— principalmente con la or­ganización local sin fines de lucro AfroReggae. Con sus teléfonos in­teligentes, los voluntarios utilizan la aplicación de Google MapMaker para fotografiar y grabar ubicacio­nes de negocios y luego subirlas e integrarlas a Google Maps.
Mapear las favelas, sobrepo­bladas y de difícil acceso, no ha estado exento de retos. Muchas calles no tienen nombres oficiales, así que las organizaciones locales sondean a sus residentes para bau­tizarlas. Una calle en Maré recibió el nombre de un electricista local particularmente habilidoso que había vivido allí. En algunos ca­sos, los voluntarios tuvieron que enviar mediadores para persuadir a delincuentes locales para que los dejaran hacer su trabajo.

Google y Microsoft no quisieron revelar cuánto estaban gastando en los proyectos.

Algunos organizadores comu­nitarios creen que deberían ser recompensados por su trabajo de mapear la zona. En Maré, cerca del aeropuerto internacional de Rio, la organización sin fines de lucro Re­des de Maré inició un proyecto de mapas en 2011.

Eliana Silva, la directora de la entidad, y su personal se dieron a la extenuante labor de trazar en de­talle cada calle en Maré, luego lle­varon su mapa a la ciudad, que lo incorporó al oficial. A principios de año, cuenta Silva, Microsoft contac­tó al grupo y ofreció pagarle alrede­dor de US$4.400 por los nombres y las ubicaciones de los pequeños negocios que habían reunido.

Silva rechazó la oferta. “Re­quiere mucho tiempo hacer este trabajo. Es difícil. ¿Y lo querían prácticamente gratis?”, dijo. “Yo quería financiar el proyecto para que continuara. Ellos querían po­nerlo en Bing y ganar dinero”. Un vocero de Microsoft se abstuvo de hacer comentarios.