Las relaciones del Gobierno de Honduras con Brasil están rotas. La Cancillería anunció ayer que removerá el estatuto diplomático de esa embajada en Tegucigalpa si “en 10 días” Brasilia no define la situación del ex presidente Manuel Zelaya, refugiado allí.
“Si en diez días no se ha definido el estatus de Manuel Zelaya, la sede perderá su condición diplomática; pero por cortesía no se está planteando invadir el local”, dijo el canciller Carlos López Conteras. Ésta fue la reacción del Gobierno tras conocer que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó ayer el emplazamiento. Brasil “no acepta ultimátum de un Gobierno golpista”, dijo en Porlamar, Venezuela.
A la pregunta de cuál sería el estatus diplomático que dará, Lula expresó que el ex gobernante “estará hospedado hasta que la OEA y la ONU decidan qué hacer”.
Micheletti ha pedido a Brasil que se lleve a Zelaya como asilado o lo entregue a la justicia donde enfrenta cargos por intentar consultar a la población en un referendo sobre eventuales reformas a la Constitución. Zelaya está alojado desde el lunes pasado en la embajada.
“Si la ONU, el Consejo de Seguridad o la OEA hicieran un pedido a Brasil (para que negocie), nosotros simplemente acataríamos ese pedido de la ONU; pero no es decisión nuestra”, expresó.
Llamados a la violencia
Un comunicado de la Cancillería divulgado ayer expuso: “Nuevamente solicitamos al Gobierno de Brasil que defina el estatus del señor Zelaya dentro de un plazo no mayor de diez días. De no ser así, nos veremos obligados a tomar medidas adicionales de acuerdo con el derecho internacional”.
El canciller López Contreras dijo que Brasil no sólo ha intervenido en la crisis de Honduras. “Indudablemente, no sólo ha intervenido sino que ha cortado las relaciones con Honduras. Es sorprendente que haya autorizado la entrada a nivel de Presidente del señor Zelaya en las oficinas de Tegucigalpa y se haya expuesto al país a una inestabilidad; además ha cortado las visas a Honduras.
El Gobierno instó a Brasil a “que inmediatamente tome medidas para asegurar que el señor Zelaya deje de utilizar la protección que le ofrece la representación diplomática para instigar a la violencia en Honduras”. El ex mandatario ha pedido a sus seguidores que persistan con las manifestaciones de rechazo al actual Gobierno. El presidente brasileño dijo que hablarán con Zelaya para manifestarle que “no es políticamente correcto utilizar la embajada para hacer incitación a cualquier cosa”. Informó que su ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, “llamó a la embajada ayer (sábado) y pidió a Zelaya que no haga incitaciones más allá del espacio democrático”.
Contreras agregó: “Nos parece fundamental que el Gobierno de Brasil defina la situación sobre qué va a hacer: si va a entregar -a Zelaya- al Poder Judicial, a la orden de los juzgados o va a pedir algún tipo de solución que sólo a ellos les corresponde formular. Brasil es un país inmenso del cual podrá disfrutar, además del buen fútbol, agregó.
“El privilegio (de Brasil) de tener una misión en Honduras se acaba en diez días por reciprocidad; pero eso no es un elemento como para decir que el señor Zelaya se queda en la calle o que queda abierto para una intervención para capturarlo”, indicó. Los diez días no es un ultimátum, sino “un plazo de cortesía”.
“Las relaciones están rotas desde ayer, sábado, que se emitió el comunicado; pero se da un período moderado de cortesía internacional para que los funcionarios puedan entregar sus carnés, placas diplomáticas (...) para marcharse”, dijo López. Dijo que “fue Brasil el que rompió con el actual Gobierno al desconocerlo” y aseguró que “si no existe esa relación bilateral evidentemente tienen que despojarse el escudo, pasa a ser una oficina privada”.
“Simplemente lo que estamos haciendo es reciprocarlo”, señaló López. Redacción y agencias
