San Pedro Sula, Honduras.
Con sus rostros llenos de incertidumbre están llegando a recibir el tratamiento de hemodiálisis los enfermos renales que son atendidos en la ciudad por Diálisis de Honduras.
Los pacientes claman al Gobierno para que solvente al menos parte de la deuda que desde finales de 2017 mantiene con esa empresa, pues de otra forma no podrán seguir con su tratamiento, lo que traerá grandes perjuicios a su calidad de vida. Octavina Carranza (de 61 años) relató que está en control desde hace 13 años y gracias a la terapia que recibe y los cuidados personales que lleva se siente como cualquier otra persona; sin embargo, le aflige no continuar con la administración de medicamentos por no contar con los recursos para acudir a una clínica privada.
“Que por favor paguen ese dinero, porque nos quieren quitar una diálisis, y para mí no es correcto, es jugar con nuestras vidas. Hay pacientes que nos cuidamos, pero otros no, y esos serán los más afectados”, dijo Carranza.
María Zúñiga (de 75) también se unió al lamento de quienes viven bajo esta condición. Ella cumple nueve años en tratamiento de diálisis, pero debido a que sufre otras enfermedades su estado de salud es complicado.
A la espera
Mediante un comunicado, Diálisis de Honduras informó que para asegurar la atención a más de 2,800 pacientes a nivel nacional, por lo menos para las próximas tres semanas, era necesario reducir las tres sesiones a dos.
Para que esto no sucediera, Octavio Sánchez, ministro de Salud, se comprometió a hacer un desembolso de L34 millones que debía estar efectuado ayer por la tarde, pero a las 5:00 pm aún no se había hecho.
“Esperamos que cumplan porque de otro modo a muchas personas se les reducirá su calidad de vida, y es realmente triste”, dijo Enrique Flores, miembros de la Asociación Latinoamericana de Pacientes Renales.
Con sus rostros llenos de incertidumbre están llegando a recibir el tratamiento de hemodiálisis los enfermos renales que son atendidos en la ciudad por Diálisis de Honduras.
Los pacientes claman al Gobierno para que solvente al menos parte de la deuda que desde finales de 2017 mantiene con esa empresa, pues de otra forma no podrán seguir con su tratamiento, lo que traerá grandes perjuicios a su calidad de vida. Octavina Carranza (de 61 años) relató que está en control desde hace 13 años y gracias a la terapia que recibe y los cuidados personales que lleva se siente como cualquier otra persona; sin embargo, le aflige no continuar con la administración de medicamentos por no contar con los recursos para acudir a una clínica privada.
“Que por favor paguen ese dinero, porque nos quieren quitar una diálisis, y para mí no es correcto, es jugar con nuestras vidas. Hay pacientes que nos cuidamos, pero otros no, y esos serán los más afectados”, dijo Carranza.
María Zúñiga (de 75) también se unió al lamento de quienes viven bajo esta condición. Ella cumple nueve años en tratamiento de diálisis, pero debido a que sufre otras enfermedades su estado de salud es complicado.
A la espera
Mediante un comunicado, Diálisis de Honduras informó que para asegurar la atención a más de 2,800 pacientes a nivel nacional, por lo menos para las próximas tres semanas, era necesario reducir las tres sesiones a dos.
Para que esto no sucediera, Octavio Sánchez, ministro de Salud, se comprometió a hacer un desembolso de L34 millones que debía estar efectuado ayer por la tarde, pero a las 5:00 pm aún no se había hecho.
“Esperamos que cumplan porque de otro modo a muchas personas se les reducirá su calidad de vida, y es realmente triste”, dijo Enrique Flores, miembros de la Asociación Latinoamericana de Pacientes Renales.
