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Ejecutivo batalló hasta ganarle al síndrome de Guillain Barré

  • 22 julio 2018 /

Aumento de casos de la enfermedad preocupa a médicos. Urge tomar medidas acertadas, dice anestesiólogo Carlos Umaña

San Pedro Sula, Honduras

Guillermo Sabillón se despertó a las dos de la madrugada en la Unidad de Cuidados Intensivos y le decía a su madre que lo había picado algo en la cara. Ella encendió la luz y al verlo comenzó a llorar. El muchacho (de 24 años) tenía la cara deforme a causa de una parálisis. No podía tomar líquidos, ni siquiera con pajilla, porque se escurrían por los labios. Tenía que dormir con un antifaz debido a que los ojos no se cerraban completamente.

El hijo del exregidor municipal Enrique Sabillón había sido internado en esa clínica privada con todos los síntomas del síndrome de Guillain Barré, una enfermedad que pudo dejarlo paralizado o causarle la muerte.

La enfermedad comenzó con una especie de hormigueo en los pies y luego en los brazos. Creía que se debía a que pasaba mucho tiempo sentado en la oficina, como ejecutivo de la empresa Especias Don Julio. Recordó que perdió la energía poco a poco y de repente se le durmieron completamente sus piernas.

Una doctora le sugirió que mejor fuera de inmediato a la emergencia de una clínica, porque sospechaba que aquello era más grave de lo que el muchacho creía. En la clínica, un doctor puso las manos sobre las piernas del paciente y le pidió que las levantara. Allí se dio cuenta Guillermo que lo suyo era serio. Sintió como si tuviera plomo en las extremidades: no las pudo mover. Luego lo ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos sin decirle nada. ‘A lo mejor está lleno el hospital, por eso me trajeron aquí’, pensó como para tranquilizarse.

Como a las tres horas llegó a verlo otro doctor, quien sin muchos rodeos, le dijo que pudo haber quedado paralizado completamente.

Al día siguiente perdió su capacidad de sostenerse en pie, pero insistió en ir solo al baño, pese a la ayuda que le ofrecían las enfermeras. Al primer paso cayó al suelo.

Al fin llegó un neurólogo, quien dio un diagnóstico terrible a los padres del muchacho: “Sospechamos que tiene una enfermedad llamada Guillain Barré”. Hasta ese momento, Guillermo no había oído hablar de tal trastorno. El médico explicó que cuando esta enfermedad ataca, el sistema inmunológico comienza a destruir la mielina que cubre los nervios periféricos. Al quedar descubiertos hacen como cortocircuito provocando que los movimientos de las extremidades sean imprecisos. Por esa razón, cuando Guillermo quería tomar el teléfono no podía controlar la mano.

Para empezar a tratar el síndrome, los médicos debían administrar al paciente 40 dosis de un medicamento a base de hemoglobina humana cuyo costo era de 14,000 lempiras cada frasco. Para colmo, solo había cuatro botecitos en el mercado local, así que había que ir de inmediato, por los otros, a El Salvador.

Aunque la familia Sabillón cuenta con un sólido patrimonio, aquella cantidad resultaba exorbitante. Por suerte, Guillermo, por esas casualidades de la vida, había contratado un seguro médico unos meses antes. Después que salió en silla de ruedas de la clínica comenzaron las fisioterapias para tratar la parálisis facial que le impedía comer y tomar líquidos.

En casa, el joven se valía de un andador. Se caía y volvía a levantarse. Mantener la mente en positivo es una de las tácticas que le dio resultado para volver a pronunciar correctamente las palabras. Ahora lleva una vida normal.

Alarmante

Otras personas que padecieron la misma enfermedad no vivieron para contar la historia como lo hizo Guillermo Sabillón. En lo que va del presente año suman 40 los casos de pacientes con Guillain Barré en Honduras, la mayoría con edades entre los 30 a 50 años y de estos, cuatro fallecieron.

Carlos Umaña, anestesiólogo del Seguro Social, explicó que el Guillain Barré es una enfermedad viral que ataca a personas que han sufrido enfermedades también virulentas como la influenza y el zika. El síndrome siempre ha existido en el país, pero últimamente los casos de la enfermedad se están dado en forma desmedida, por eso urge que las autoridades de Salud tomen medidas acertadas para contrarrestar el mal.

Consideró que es necesario dotar a los hospitales públicos de ventiladores mecánicos que respiran por el paciente, ya que a este se le paralizan, no solo los músculos, sino también el diafragma. Indicó que es necesario que los hospitales cuenten con salas exclusivas para pacientes con Guillain Barré. La situación debe preocupar a todos.