Tegucigalpa, Honduras.
La pólvora sigue destruyendo sueños y dejando discapacitados de por vida a los hondureños, tanto a niños como adultos. El Hospital Escuela reportó ayer el ingreso de dos menores de edad por quemadura de petardos.
Un niño de nueve años resultó afectado en la séptima avenida de Comayagüela, quien fue ingresado aproximadamente a las 5:00 pm a la emergencia del centro asistencial.
Cristofer Enríquez estaba tirando cohetes y uno de ellos le explotó en las manos. Los médicos que atendieron al pequeño aseguraron que tiene quemaduras en sus dos manos y que también un ojo le resultó dañado.
De igual forma, una niña de seis años originaria de Comayagua ingresó ayer al Hospital Escuela porque le estalló un mortero en su mano derecha, lo que le causó la amputación de su dedo pulgar.
Según la versión de los testigos, el padre de la menor dejó olvidado el mortero en la parte de atrás de su vehículo y la curiosidad que le causó a la niña ver el explosivo hizo que lo tomara y empezara a jugar con el, provocando su detonación.
Carlos Flores, cirujano plástico del centro asistencial, aseguró que la niña está estable, pero que es lamentable que continúen ocurriendo tragedias.
El médico aseguró que se debe crear una ley de responsabilidad para que los padres de los niños quemados respondan por las consecuencias.
Al Hospital Escuela han ingresado 11 personas afectadas por pólvora, siete menores y cuatro adultos.
Al hospital Gabriela Alvarado de Danlí llegó uno. Mientras que el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula reportó ayer que han ingresado 17 personas, 15 menores y dos adultos, haciendo un total de 29 quemados en el territorio nacional, cifra mayor al mismo periodo del año pasado.
La pólvora sigue destruyendo sueños y dejando discapacitados de por vida a los hondureños, tanto a niños como adultos. El Hospital Escuela reportó ayer el ingreso de dos menores de edad por quemadura de petardos.
Un niño de nueve años resultó afectado en la séptima avenida de Comayagüela, quien fue ingresado aproximadamente a las 5:00 pm a la emergencia del centro asistencial.
Cristofer Enríquez estaba tirando cohetes y uno de ellos le explotó en las manos. Los médicos que atendieron al pequeño aseguraron que tiene quemaduras en sus dos manos y que también un ojo le resultó dañado.
De igual forma, una niña de seis años originaria de Comayagua ingresó ayer al Hospital Escuela porque le estalló un mortero en su mano derecha, lo que le causó la amputación de su dedo pulgar.
Según la versión de los testigos, el padre de la menor dejó olvidado el mortero en la parte de atrás de su vehículo y la curiosidad que le causó a la niña ver el explosivo hizo que lo tomara y empezara a jugar con el, provocando su detonación.
Carlos Flores, cirujano plástico del centro asistencial, aseguró que la niña está estable, pero que es lamentable que continúen ocurriendo tragedias.
El médico aseguró que se debe crear una ley de responsabilidad para que los padres de los niños quemados respondan por las consecuencias.
Al Hospital Escuela han ingresado 11 personas afectadas por pólvora, siete menores y cuatro adultos.
Al hospital Gabriela Alvarado de Danlí llegó uno. Mientras que el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula reportó ayer que han ingresado 17 personas, 15 menores y dos adultos, haciendo un total de 29 quemados en el territorio nacional, cifra mayor al mismo periodo del año pasado.
