07/05/2024
05:24 AM

Deportaciones no detienen a hondureños en ruta a EUA

Hasta junio de 2014, el Centro de Atención al Migrante Retornado registra la deportación de 21 mil hondureños desde Estados Unidos y de 20 mil de México.

San Pedro Sula, Honduras.

Por aire y tierra no cesan las deportaciones de hondureños desde Estados Unidos y México. La oleada de indocumentados expulsados de México y Estados Unidos evidencia el éxodo imparable de compatriotas que parten en busca de una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.

La crisis migratoria se refleja en el incremento de los vuelos desde Estados Unidos con deportados que pasaron de dos viajes semanales a entre dos y tres diarios, con un promedio de 260 hondureños adultos, entre hombres y mujeres, atendidos en el Centro de Atención al Migrante Retornado (CAMR), en San Pedro Sula.

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A esto hay que sumar las llegadas de familias integradas (madres o padres con hijos) que, se prevé, empezarán la otra semana, las cuales serían el primer paso de las deportaciones para descongestionar los centros de migrantes en Estados Unidos.

“Las cosas se complican cada día. Primero era un vuelo por día y ahora tenemos de dos a tres. Es un promedio de 260 migrantes deportados de Estados Unidos. A esto se suman los buses que llegan de México, no solo con adultos, sino ahora con muchos menores”, explicó sor Valdette Willeman, directora del Camr.

La comisión para los niños migrantes, encabezada por la primera dama Ana García de Hernández, atendió a 260 deportados que llegaron al aeropuerto Ramón Villeda Morales, en San Pedro Sula, desde Estados Unidos. El Gobierno anunció que con el propósito de frenar la salida de hondureños del país tienen varias opciones para dar oportunidades a los deportados, entre ellas el programa Con Chamba Vivís Mejor, microemprendimiento y Bono 10 Mil, entre otros.

Piden solo una oportunidad

“Si encontrara un trabajo en Honduras, me quedo en mi país” era la frase que muchos deportados expresaron ayer cuando llegaron al país. Cada uno de ellos encierra una historia, pero todos coinciden en que decidieron irse por la falta de empleo y la violencia.

“No hay opciones en nuestros lugares y ante la falta de alimento y dinero en los hogares tenemos que buscar alternativas y arriesgarnos. Solo crucé y me agarraron en Brownsville, Texas. Pasamos 15 días encerrados en un bus que era la cárcel. Ya no hay espacio en los centros de detención y nos dejan en los buses. Hay mucho indocumentado que ha sido detenido”, comentó Julio César Munguía, originario de Curarén, Francisco Morazán.

En el grupo de los 132 deportados que llegó ayer en el primer vuelo desde Estados Unidos venía Gerson Rosales, perito mercantil y contador público que durante dos años trabajó como policía. “Si tuviera un trabajo, no pensara en irme, pero estamos mal con el empleo y hay que salir. Soy perito mercantil y fui policía dos años. No pude cruzar. Fueron dos meses de sacrificios para nada”, relató Rosales. El joven de 27 años asegura que si el Gobierno le da una oportunidad de empleo, se quedará en Honduras, pero de lo contrario volverá a emigrar.

Hasta junio de 2014, el CAMR reporta la deportación de 21 mil hondureños desde Estados Unidos y de 20 mil de México.

Crisis humanitaria en EUA

La avalancha de niños que han llegado solos desde Centroamérica a Estados Unidos en el último mes desbordó la capacidad de atención de la Guardia Fronteriza y ahora afrontan una de las peores crisis humanitarias de las últimas décadas, según expertos.

Más de 52 mil menores han sido detenidos desde octubre de 2013, cuando cruzaron la frontera con México. Los menores buscaban poner los pies en suelo estadounidense para obtener un permiso y quedarse en ese país. A pesar de los esfuerzos del presidente Barack Obama por disuadir a los indocumentados de cruzar y de advertirles del peligro del viaje que los llevará a la deportación, cientos de niños siguen llegando a diario a los estados del suroeste estadounidense.

Texas y Arizona son los estados donde está el epicentro de la crisis. Los centros de detención y bases militares están saturados, explicó a la AFP una fuente anónima de la Guardia Fronteriza, y los menores permanecen hacinados en espera de que las autoridades abran el proceso para devolverlos a su país. El Gobierno de Honduras ha anunciado que la próxima semana llegarán vuelos especiales al país, donde vendrán las familias que han empezado a ser detenidas con los menores en las ciudades fronterizas de Estados Unidos.

La Cruz Roja estadounidense ha proporcionado a los responsables de las dependencias gubernamentales en Estados Unidos mantas y equipos de higiene personal para los detenidos, que llegan exhaustos, hambrientos y sucios tras recorrer miles de kilómetros y sortear decenas de peligros.

Cambio en flujos migratorios

Las autoridades mexicanas coinciden en que el elevado número de migrantes que en avalancha diaria llegan no solo a México, sino a Estados Unidos, aumentó a partir del último trimestre de 2013. En los reportes de campo que maneja el Albergue La 72, en Tenosique, Tabasco, anunciaban que había un cambio en los flujos migratorios centroamericanos.

Ese cambio se tradujo en un incremento sustancial del tránsito de menores en la ruta migratoria que fue muy notorio a partir de febrero de este año y se ha convertido en un serio problema.

“No solo hay un incremento de personas; se aprecia un cambio cualitativo en el ánimo de los migrantes. Se observa un verdadero estado de emergencia porque, a pesar del tamaño del peligro y del sacrificio físico y personal que implica la travesía por México, los migrantes se arriesgan”, explicó Rubén Figueroa, del Albergue La 72. La desesperación apremia. Los hondureños aseguran que no tienen más remedio que huir, que la violencia en su país aumenta. Por ello, los niños están siendo el blanco preferido de las pandillas que manejan el narcomenudeo y las extorsiones.

Honduras parece ser el país más afectado, según defensores de migrantes, no solo por la violencia, sino por la falta de oportunidades de empleo, salud y educación. “No se puede ni denunciar porque muchos son ejecutados después de presentar la denuncia, por la complicidad de la autoridad con el crimen organizado”, dijo Figueroa.