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Coleccionismo, una afición que rompe los esquemas

  • 14 enero 2017 /

Jóvenes, adultos e incluso niños incursionan en la dinámica que en sus casos más singulares lleva hasta la agrupación de calaveras. La notafilia y numismática son las más comunes.

San Pedro Sula, Honduras

En cuestión de gustos se rompen esquemas, y el coleccionismo es un buen ejemplo de la popular frase.

Esta afición que de manera casi anónima realizan sinnúmero de sampedrano consiste en la en la agrupación y organización de objetos de una determinada categoría, dependiendo de los gustos de cada personas.

En San Pedro Sula adultos, jóvenes sin distinción de sexo y edad e incluso niños, incursionan en esta práctica que en sus casos más singulares puede llevar a la recopilación de calaveras, cajas de fósforos, la cual se denomina filolumenia, al igual que coleccionismo de sellos, sobres y otros documentos postales, denominada filatelia.

De acuerdo a expertos en el tema, se cree que existen más de 200 tipos de colecciones, sin embargo, aclaran que la afirmación es totalmente subjetiva, pues una persona puede iniciar una compilación de cualquier objeto por el que tengan alguna afinidad.

Pasión

Alex Sánchez, inició desde sus 12 años en la notafilia y fue gracias a un billete de 100 mil liras de Turquía, obtenido a través de un primo, como nació su pasión a coleccionar billetes bancarios y la razón por la que decidió formar parte de la Asociación Numismática de Honduras, misma que cuenta con unos 100 afiliados.

A la fecha su compilación ya supera los 400 billetes, compuesta por papel moneda de los diferentes países de los cinco continentes. “Siempre me interesó tener algo que no tuvieran las demás personas y que además pudiera aportar a la sociedad.

Mi billete favorito es uno de Honduras que data de 1886, emitido durante la presidencia de Luis Bográn y que usaban para pagarle a los trabajadores de las compañías bananeras”, explicó.

Marco Irias, es otro de los sampedrano que también ha sido contagiado con la fiebre del coleccionismo, pero desde un aspecto más particular. Su antología está dedicada a Flash, el famoso superhéroe ficción de los comics de la editorial Marvel.

Irias comentó que desde muy pequeño se sintió identificado con este personaje, pero no fue hasta que tenía seis años que empezó con su colección.

“Lo primero fue un muñeco que me regaló mi abuela, ahora tengo todo tipo de artículos de Flash: tasas, calcetines, camisas, revistas, perfumes, entre otros. Apenas hace unos días la mostré completa por primera vez en un evento de Tegucigalpa”.

Alessandro Ríos podría ser considerado en unos años el coleccionista más joven del país, pues a sus dos años despertó en él interés por recopilar objetos del personaje principal de la serie infantil Thomas y sus amigos.

A sus seis años ya suma más de 70 trenes, siete pistas de rieles, además de otros objetos elusivos a la caricatura. Sueña con visitar la atracción Thomas and Friends Land en el parque de diversiones Six Flags Discovery Kingdom ubicado en San Francisco, Estados Unidos.

Teresa Pastor, directora del Museo de Antropología e Historia , refirió que por motivos de su labor ha podido aprender mucho acerca de esta dinámica, por la cual asegura estar abierta a apoyar con la logística para quien en algún momento desee dar a conocer su labor a la sociedad.