La depresión ha ido aumentando en la población, por lo que las Organización Mundial de la Salud la ha posicionado como una patología. Las nuevas tendencias tecnológicas y los diversos factores sociales han hecho que los jóvenes estén más propensos a padecer de esta enfermedad.
El sicólogo Alfredo Sosa disertará en la VIII Jornada de Salud Mental que el hospital San Juan de Dios realizará. El experto habló con LA PRENSA sobre los trastornos depresivos en los adolescentes y adultos.
Sí. A veces creemos que los jóvenes no se deprimen porque ellos muestran comportamientos diferentes a los de las personas adultas que padecen de depresión, es por eso que los niños con depresión pueden pasar desapercibidos por los padres, pero sí se dan casos frecuentes de menores que empiezan con trastornos depresivos y eso puede llegar hasta el suicidio en los adolescentes.
La enfermedad empieza desde los cinco años. A esa edad se pueden detectar los cuadros depresivos y se caracterizan por el bajo rendimiento escolar y tienden a ser irritables.
Hay factores que nosotros les llamamos dinámicos, estos se pueden modificar, como por ejemplo: la disfuncionalidad familiar es el principal factor, el conflicto y la violencia doméstica en los padres, es otro. Hay que recordar que los niños son receptores de todos esos factores estresantes en el hogar. También la parte genética tiene que ver con la depresión en los niños. En un 25% de los casos, si alguno de los padres es depresivo, existe posibilidades de que el niño padezca de depresión.
En los pequeños a veces hay alteraciones de sueño, ataques de irá, alteraciones a nivel del apetito. Mientras que un adolescente se vuelve con problemas, más que todo, conductuales, se autolesiona. Los padres deben tener cuidado y no confundirlo con manipulación, esto puede llegar hasta un suicidio y en muchos casos los padres ni cuenta se dan que el joven estaba deprimido.
Sí, se divide en etapas: leve, moderado y grave. Existen graves con ideas suicidas y graves psicóticos, esto quiere decir que llega un momento en que la persona quiere huir de la realidad, debido al daño cerebral que causa la depresión, por lo que buscan formas, la primera es salirse de la realidad, se vuelven psicóticos y la otra es el suicidio.
Lo que se quiere prevenir es el desenlace fatal, que es el suicidio. Al año se suicidan 16 personas por cada 100,000 habitantes, de las cuales el 25% son jóvenes, es por eso que lo mejor es buscar ayuda, también deben preguntar en la escuela si el niño cambió su comportamiento, si está aislado de los además, entonces, deben buscar ayuda sicológica y siquiátrica.
En un adulto generalmente se manifiesta con ánimo triste; puede sentirse cansado, sentir que no vale nada. Sin embargo, en los niños y adolescentes, por eso decimos que pasa desapercibida, la norma puede ser que tengan trastornos de conducta, como la irritabilidad, se vuelven desafiantes, explosivos y con poca tolerancia, miramos que no se ven tristes.
Sí, claro, los niños y jóvenes son como una esponja que absorben contenidos que no son apropiados para ellos y que pueden ser influenciados por todas estas nuevas tendencias tecnológicas. Es por eso que los padres deben estar pendientes de lo que sus hijos utilizan, ven y hacen sus hijos; además de estar alerta ante cualquier cambio que tenga en su estado de ánimo y de conducta.