Tegucigalpa, Honduras.
Cerrar el año con una jornada de oración por Honduras y comenzar el nuevo de la misma manera es un gran paso para un país que sueña con un 2016 justo y donde abunde la paz.
Por esa razón, ayer la Iglesia Católica comenzó 48 horas de oración, celebración que llama las “Horas santas”, que preside el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.
El jerarca católico pidió a los hondureños hacer a un lado lo malo y negativo del 2015 y enfocarse en un nuevo año y un nuevo comienzo.
“Yo quisiera que terminando este año hacer una confesión, dejar atrás lo negativo y empezar con entusiasmo y alegría con la bendición de Dios, eso es el don de la misericordia”.
El purpurado destacó la importancia de fijarse metas no solo materiales, sino espirituales para el año que está a punto de comenzar.
“Que el año nuevo no sea ruido sino que sea gracia; necesitamos de ese silencio para poder encontrarnos y encontrar al Señor; hay personas que no piensan que su vida es una tarea, un regalo y una tarea para construir y en ello decir, este año yo quiero alcanzar estas metas y no únicamente metas materiales sino sobre todo metas espirituales”, expresó.
Preguntó, además, que “cuántos problemas se podrían evitar si las personas fuesen valientes y, en ese sentido, muchos consultorios de los profesionales de la medicina quedarían vacíos porque hay tantas enfermedades que vienen de la impaciencia”.
Y reflexionó: “Hay algunos que se dejan dominar por las cosas y las personas no pueden ser esclavas de las cosas, no se puede ser esclavo de una botella de alcohol y, en este día de fin de año y de principio del próximo, hay una canción que están poniendo todas las radios ‘Yo no olvido el Año Viejo’, pero lo mejor sería yo no olvido el Año Nuevo, porque viene lleno de bendición, lleno de gracia, lleno de paz y queremos construir algo mejor”, agregó.
Las celebraciones religiosas están previstas en todas las parroquias del país.
Miles de hondureños se arrodillaron ante Dios para dar gracias y para pedir un año lleno de prosperidad, salud y paz en el país.
Cerrar el año con una jornada de oración por Honduras y comenzar el nuevo de la misma manera es un gran paso para un país que sueña con un 2016 justo y donde abunde la paz.
Por esa razón, ayer la Iglesia Católica comenzó 48 horas de oración, celebración que llama las “Horas santas”, que preside el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.
El jerarca católico pidió a los hondureños hacer a un lado lo malo y negativo del 2015 y enfocarse en un nuevo año y un nuevo comienzo.
“Yo quisiera que terminando este año hacer una confesión, dejar atrás lo negativo y empezar con entusiasmo y alegría con la bendición de Dios, eso es el don de la misericordia”.
El purpurado destacó la importancia de fijarse metas no solo materiales, sino espirituales para el año que está a punto de comenzar.
“Que el año nuevo no sea ruido sino que sea gracia; necesitamos de ese silencio para poder encontrarnos y encontrar al Señor; hay personas que no piensan que su vida es una tarea, un regalo y una tarea para construir y en ello decir, este año yo quiero alcanzar estas metas y no únicamente metas materiales sino sobre todo metas espirituales”, expresó.
Preguntó, además, que “cuántos problemas se podrían evitar si las personas fuesen valientes y, en ese sentido, muchos consultorios de los profesionales de la medicina quedarían vacíos porque hay tantas enfermedades que vienen de la impaciencia”.
Y reflexionó: “Hay algunos que se dejan dominar por las cosas y las personas no pueden ser esclavas de las cosas, no se puede ser esclavo de una botella de alcohol y, en este día de fin de año y de principio del próximo, hay una canción que están poniendo todas las radios ‘Yo no olvido el Año Viejo’, pero lo mejor sería yo no olvido el Año Nuevo, porque viene lleno de bendición, lleno de gracia, lleno de paz y queremos construir algo mejor”, agregó.
Las celebraciones religiosas están previstas en todas las parroquias del país.
Miles de hondureños se arrodillaron ante Dios para dar gracias y para pedir un año lleno de prosperidad, salud y paz en el país.
 Los fieles le acompañan.
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