El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, dijo hoy en Tegucigalpa que 'necesitamos comenzar el año buscando caminos de paz para nuestro mundo' y que 'solo Dios es capaz de desarmar en el corazón humano los mecanismos irrefrenables del odio y la agresividad'.
En la misa del fin de 2016 y la llegada de 2017, Rodríguez pidió perdón por las guerras y la violencia que sufren varios países del mundo, y recalcó que 'el año nuevo es un tiempo abierto lleno de posibilidades nuevas' para la salvación de la humanidad.
'Queremos la paz y fabricamos armas, queremos la paz y somos violentos. Necesitamos comenzar este año desarmando nuestro propio corazón y buscando caminos de paz para nuestro mundo', expresó el religioso.
Subrayó que 2016 fue un año de mucha violencia y que miles de personas han sufrido y tenido que buscar refugio en sus propios países o en otros.
Una renovación profunda
Rodríguez hizo un llamamiento a los hondureños a cambiar sus vidas e iniciar el nuevo año con un deseo de profunda renovación.
'En medio de la nostalgia de un año que se va y la incertidumbre de un año nuevo que comienza, todos intuimos que hemos nacido para vivir una vida más plena y con más sentido', dijo el cardenal.
Sobre 'el misterio de la Navidad', indicó que la sociedad lo ha reducido a compras, compromisos sociales, abundantes comidas y la diversión.
'Necesitamos poner a Dios como una prioridad en nuestras vidas, pues Dios es de primera necesidad y si él está ausente, nuestra vida enferma, ya que el ser humano ocupa una respuesta que no se puede dar a sí mismo', acotó.
Rodríguez subrayó que una vida sin Dios no tiene sentido y que 'la cultura moderna ha desplazado a Dios del centro de la vida' e 'intenta arrinconarlo y ese centro lo ocupan hoy los ídolos modernos'. EFE