San Pedro Sula, Honduras.
Preocupados se encuentran los maestros y padres de familia del centro básico La Gran Familia, ubicado en el barrio La Puerta, pues los niños reciben sus clases en un peligro latente.
La lluvias y el fuerte viento que se produjo la semana anterior derribaron dos árboles que estaban a la orilla de la escuela, los cuales cayeron y dañaron el techo de tres aulas.
Las grandes y pesadas ramas rompieron las láminas dejando grandes agujeros en el techo.
Son más de 300 alumnos que reciben clases durante el día en el centro, por lo que ellos son los más afectados.
La subdirectora Rosy Polanco manifestó que las aulas dañadas son la de kínder, la de primero y quinto grado; debido a un fuerte viento también se dañó el techo del salón de computación, detalló.
“Los niños de kínder tienen que recibir clases en ese estado; algunos le comentan a su maestra que tienen miedo que otro árbol caiga y dañe la escuela, mientras a los demás niños los tuvimos que pasar a otra aula”.
Mario Ríos, presidente de la Asociación de Padres de Familia, hizo un llamado a las autoridades de la Secretaría de Educación para que les ayuden a reparar el centro.
Peligro
La preocupación crece cada día, manifestó la subdirectora, pues alrededor del centro hay unos tres árboles que se convierten en un peligro para los estudiantes. “Pedimos a los de parques y bulevares o a las autoridades de Dima para que nos ayuden a cortar los demás árboles; en la época de lluvia pueden ceder y causar un gran daño; la escuela está vulnerable ante esta situación”, dijo.
También pidió a las empresas, organizaciones o autoridades de la Municipalidad que les apoyen a mejorar las condiciones del centro.
Datos del Sistema de Planificación de Infraestructura Educativa (Siplie) indican que de los 560 centros escolares que hay en la ciudad el 14% se encuentran amenazados por desastres naturales.
Preocupados se encuentran los maestros y padres de familia del centro básico La Gran Familia, ubicado en el barrio La Puerta, pues los niños reciben sus clases en un peligro latente.
La lluvias y el fuerte viento que se produjo la semana anterior derribaron dos árboles que estaban a la orilla de la escuela, los cuales cayeron y dañaron el techo de tres aulas.
Las grandes y pesadas ramas rompieron las láminas dejando grandes agujeros en el techo.
Son más de 300 alumnos que reciben clases durante el día en el centro, por lo que ellos son los más afectados.
La subdirectora Rosy Polanco manifestó que las aulas dañadas son la de kínder, la de primero y quinto grado; debido a un fuerte viento también se dañó el techo del salón de computación, detalló.
“Los niños de kínder tienen que recibir clases en ese estado; algunos le comentan a su maestra que tienen miedo que otro árbol caiga y dañe la escuela, mientras a los demás niños los tuvimos que pasar a otra aula”.
Mario Ríos, presidente de la Asociación de Padres de Familia, hizo un llamado a las autoridades de la Secretaría de Educación para que les ayuden a reparar el centro.
Peligro
La preocupación crece cada día, manifestó la subdirectora, pues alrededor del centro hay unos tres árboles que se convierten en un peligro para los estudiantes. “Pedimos a los de parques y bulevares o a las autoridades de Dima para que nos ayuden a cortar los demás árboles; en la época de lluvia pueden ceder y causar un gran daño; la escuela está vulnerable ante esta situación”, dijo.
También pidió a las empresas, organizaciones o autoridades de la Municipalidad que les apoyen a mejorar las condiciones del centro.
Datos del Sistema de Planificación de Infraestructura Educativa (Siplie) indican que de los 560 centros escolares que hay en la ciudad el 14% se encuentran amenazados por desastres naturales.
