San Pedro Sula, Honduras.
La medida tomada por el Consejo Universitario de considerar el índice académico de los estudiantes para definir el número de clases que podrán matricular a partir del tercer período ha generado rechazo entre los universitarios, según sus dirigentes. Sin embargo, algunos consideran que la medida es bienvenida, sobre todo por la oferta educativa virtual para las asignaturas generales.
La determinación implica un límite en las unidades valorativas para el sistema de matrícula.
A criterio de académicos como Javier Mejía, vicerrector de la UTH, la decisión no ha sido diseñada exclusivamente por la Universidad, sino que se viene aplicando en universidades de otros países hace varias décadas.
“No se puede aspirar a que los jóvenes se vuelvan competitivos cuando tienen un promedio de 40 a 50 o 60%. Evidentemente se quiere lograr que el promedio de los universitarios suba y la única manera de lograrlo es estableciendo el más alto porcentaje de nota en las clases y lógicamente tomando esta última medida que la Unah está aprobando”, refirió.
Julieta Castellanos, rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), dijo que una de las razones por las que se analizan nuevos mecanismos de matrícula es la forma en que miles de alumnos desperdician los recursos de la alma máter. Castellanos ejemplificó que solo en 2014 unos 33,000 alumnos nunca asistieron a una o dos clases que habían matriculado y 13,000 abandonaron una clase después de asistir una semana o en el primer parcial.
Detalló que no solo se desperdiciaron 46,000 cupos, con lo cual la Unah pudo abrir casi mil secciones, representando una pérdida cercana a los L25 millones, que solo obedece al pago de salarios de casi 270 docentes universitarios.
La medida tomada por el Consejo Universitario de considerar el índice académico de los estudiantes para definir el número de clases que podrán matricular a partir del tercer período ha generado rechazo entre los universitarios, según sus dirigentes. Sin embargo, algunos consideran que la medida es bienvenida, sobre todo por la oferta educativa virtual para las asignaturas generales.
La determinación implica un límite en las unidades valorativas para el sistema de matrícula.
A criterio de académicos como Javier Mejía, vicerrector de la UTH, la decisión no ha sido diseñada exclusivamente por la Universidad, sino que se viene aplicando en universidades de otros países hace varias décadas.
“No se puede aspirar a que los jóvenes se vuelvan competitivos cuando tienen un promedio de 40 a 50 o 60%. Evidentemente se quiere lograr que el promedio de los universitarios suba y la única manera de lograrlo es estableciendo el más alto porcentaje de nota en las clases y lógicamente tomando esta última medida que la Unah está aprobando”, refirió.
Julieta Castellanos, rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), dijo que una de las razones por las que se analizan nuevos mecanismos de matrícula es la forma en que miles de alumnos desperdician los recursos de la alma máter. Castellanos ejemplificó que solo en 2014 unos 33,000 alumnos nunca asistieron a una o dos clases que habían matriculado y 13,000 abandonaron una clase después de asistir una semana o en el primer parcial.
Detalló que no solo se desperdiciaron 46,000 cupos, con lo cual la Unah pudo abrir casi mil secciones, representando una pérdida cercana a los L25 millones, que solo obedece al pago de salarios de casi 270 docentes universitarios.
Dijo que es falso que se graduarán en 10 años, como dicen. Los argumentos de académicos y de la rectora no parecen convencer a la dirigencia estudiantil.
En Tegucigalpa, los frentes estudiantiles analizaban ayer los alcances de estas determinaciones, que de manera preliminar, según los alumnos, atentan contra sus derechos. Mientras tanto, en la Unah-vs, un grupo de estudiantes liderados por dirigentes hicieron su propia protesta. Primero se plantaron en la plaza Froylán Turcios, luego recorrieron los pasillos de algunos edificios y se trasladaron al bulevar de Jardines del Valle. No todos los dirigentes tienen claro lo que conllevan esas reformas, pero sí la oposición porque les imponen situaciones que a la larga los afectarán en tiempo para cursar sus carreras. Marcos Rubí, presidente del Movimiento Estudiantil Revolucionario (MER), dice que no pueden permitir que la Universidad les diga que solo pueden llevar dos o tres clases como máximo en un período.
“Eso es inconcebible, imposible e insoportable”, expresa el dirigente. Rubí asegura que no se graduarían en cuatro años, sino en siete, y para carreras como Medicina y Odontología significaría el doble.
